Funciones del lenguaje: función metalingüística🕒 Tiempo estimado: 3 minutos de lectura
La Función Metalingüística está presente en el discurso que utiliza el código para explicar el código mismo. Las funciones del lenguaje son los fines de los elementos presentes en los actos de comunicación verbal. Ejercen distintas atribuciones en los actos de interacción verbal entre emisor e interlocutor y están intrínsecamente relacionadas con la forma en que nos comunicamos. Cuando la preocupación del emisor se centra en el código mismo, es decir, en el lenguaje mismo, entonces tenemos lo que llamamos una función metalingüística.
Se puede encontrar en un video que tenga un tema de película, una canción o un poema que hable de música o poema, respectivamente. Entre muchos otros ejemplos, podemos mencionar gramáticas y diccionarios.
Cuando el código es el centro del mensaje, decimos que la función metalingüística está presente. El código, en los textos verbales, es el lenguaje.
La función metalingüística se encuentra entre las seis funciones del lenguaje (funciones referencial, emotiva, poética, conativa y fática) concebidas por el lingüista ruso Roman Jackobson. Cada una de las funciones tiene un rol específico para la comunicación y, según el contexto comunicacional, se utiliza una de ellas.
La principal característica de la función metalingüística es que el mensaje se centra en el propio código. Cada función tiene un foco en uno de los elementos de la comunicación y, para la función metalingüística, nada es más importante que la palabra misma y su desdoblamiento. En él se utiliza el código para hablar del propio código, explicándolo y analizándolo.
El metalenguaje también está presente en diversas manifestaciones artísticas. Se manifiesta, por ejemplo, en las artes visuales cuando se habla de la pintura misma o en los autorretratos. En las películas, los extras sobre detrás de las escenas son una forma de metalenguaje.
Ya en la vida cotidiana recurrimos a menudo a la función metalingüística, aunque sea intuitivamente. Cuando interrogamos a nuestro interlocutor sobre algo que no entendemos por lo que nos dice, probablemente la respuesta se construya a través de un texto metalingüístico. Nuestro interlocutor retoma lo dicho, explicando detalladamente el contenido de su mensaje.
Para Roman Jackobson, “todo el proceso de aprendizaje de una lengua, en particular la adquisición, por parte del niño, de la lengua materna, hace un uso extensivo de las operaciones metalingüísticas”. Cuando el niño está en la etapa de aprendizaje de los conceptos lingüísticos, constantemente está haciendo preguntas sobre el código mismo, buscando así su comprensión. Los estudiantes también están en contacto frecuente con el metalenguaje, ya que cuando estudiamos, constantemente desarrollamos conceptos y definiciones, tratando de explicarlos con “nuestras propias palabras”.
La función metalingüística está presente de forma explícita en los diccionarios, cuyas entradas explican la palabra misma, en una película cuyo tema es el cine, en un poema cuyo tema es la obra literaria, en una obra de teatro cuyo tema es el teatro y otros géneros en los que el lenguaje se ocupa del código en sí. El metalenguaje no pretende significarse a sí mismo, sino decir lo que el otro quiere decir. Conocer las funciones del lenguaje contribuye a la comprensión de cada mensaje emitido, ya sea en un contexto lingüístico o no.