Saltar al contenido

Diferencias entre los cinco órdenes clásicos: Dórico, Jónico, Corintio, Toscano, Compuesto🕒 Tiempo estimado: 5 minutos de lectura

Ya sea para iniciar el análisis de un detalle o para impresionar a alguien en una rueda de conversación o en un viaje, la comprensión de un edificio clásico comienza por ser consciente de los diferentes órdenes arquitectónicos clásicos. Dentro de la referencia bibliográfica para la historia, el primer informe sobre las órdenes fue escrito por Vitruvio. “[…] Los encargos vinieron a dar una gama de expresiones arquitectónicas, que van desde la aspereza y la firmeza hasta la esbeltez y la delicadeza. En el verdadero diseño clásico, la selección del orden es una cuestión vital, es la elección del tono”, que para el autor sintetiza la “gramática de la arquitectura”.

Según John Summerson, autor de The Classical Language of Architecture, “[…] un edificio clásico es aquel cuyos elementos decorativos se derivan directa o indirectamente del vocabulario arquitectónico del mundo antiguo: el mundo ‘clásico’ […] . Estos elementos son fácilmente reconocibles, como, por ejemplo, los cinco tipos estandarizados de columnas que se utilizan de manera estandarizada, los tratamientos estandarizados de aberturas y frontones, o incluso las series estandarizadas de ornamentos que se utilizan en los edificios clásicos.

En términos generales, existen cinco órdenes arquitectónicos clásicos: dórico, jónico y corintio, de carácter griego, y los órdenes toscano y compuesto, de carácter romano. Las diferencias en cada una de las nomenclaturas se evidencian en la composición y ornamentación de los capiteles – extremo superior de la columna, encargados de trasladar los esfuerzos del entablamento al fuste y descargarlos en la base o estilobato. Junto al capitel, hay otros elementos constitutivos de los órdenes clásicos: cornisa, friso, frontón, epístola, fuste, podio y estilobato.

Hicimos una breve referencia sobre las diferencias en los capiteles de los cinco órdenes arquitectónicos clásicos:

Orden dórico

Como la más antigua y sencilla de las Órdenes griegas clásicas, surgió durante el siglo VII a.C. De líneas rudimentarias y una estética ligada a la proporción del cuerpo masculino y su arquetipo robusto, se utilizó en las construcciones griegas en honor a las deidades masculinas. En palabras de Vitruvio, el dórico ejemplifica «la proporción, la fuerza y ​​la gracia del cuerpo masculino» que denota equilibrio, y para él, debería usarse en «iglesias dedicadas a los santos más extrovertidos».

En la arquitectura griega, el diseño de los capiteles también se ordena según la distribución de cargas a la columna, y a partir de este supuesto, por diseño simplificado, el orden dórico incluye edificios más bajos, con aproximadamente 8 módulos de altura. En este modelo, el capitel se compone de dos partes, el equino y el ábaco. El primero se refiere a la tipología de un cojín y el segundo a un elemento cuadrado que recibe directamente las cargas del frontón.

Orden jónico

De líneas orgánicas, ligeras y fluidas, alude a las líneas del cuerpo femenino, caracterizando la “esbeltez femenina”, como apunta Vitruvio. En la composición del capitel se aprecian influencias orientales, como tallas de hojas de palma, papiro y hojas de vegetales, posiblemente inspiradas en la arquitectura egipcia. Las columnas tienen una altura de unos nueve módulos, un módulo más grande que el orden dórico. Para Vitruvio, debería usarse en templos dedicados a “santos tranquilos, ni demasiado fuertes ni demasiado blandos, y también para hombres de conocimiento”. En composición, tiene una base más ancha, lo que le permite recibir mayor carga; fuste esbelto y ligeramente abierto al llegar a la base; y capitel con volutas. Vale la pena señalar que en algunas obras, los capiteles de este orden son reemplazados por cariátides, figuras femeninas talladas en piedra, que sostienen todo el entablamento.

Orden corintio

Con el estilo más sofisticado de los tres modelos basados ​​en el diseño griego, este pedido presenta una serie de detalles y diseños muy pensados ​​y elaborados para imitar la “esbelta figura de una niña”, como señala Vitruvio. Los capullos y las hojas de acanto caracterizan los gráficos tridimensionales tallados en piedra. Tiene diez módulos de altura, siendo la columna más esbelta de las tres.

Orden toscano

Concebido por los romanos, denota una reinterpretación del orden dórico. Con siete módulos en altura, un módulo menos que la columna dórica, presenta simplificación formal y consecuentemente estructural. Para Vitruvio, es “adecuado para fortificaciones y prisiones”. A diferencia de los tres modelos de origen griego, donde el fuste presenta acanaladuras, en éste es liso, buscando la simplificación.

Orden compuesto

Desarrollado a partir de la unión de los órdenes clásicos jónico y corintio, alberga el más elaborado de los cinco órdenes arquitectónicos. Con volutas jónicas y capullos y hojas de acanto corintios, despliega una superposición de ornamentos. Tiene diez módulos en altura.

Conocimiento, Educación y Formación