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La burbuja de las puntocom🕒 Tiempo estimado: 9 minutos de lectura

En un momento en que internet comenzaba a ganar terreno entre la población, con perspectivas tecnológicas optimistas, el auge de la Burbuja de Internet, también conocida como la Burbuja “puntocom” tuvo un fuerte impacto en el mercado financiero. La burbuja de Internet surgió de una combinación de inversiones especulativas, una gran cantidad de fondos de capital de riesgo para nuevas empresas y el fracaso de las empresas puntocom para obtener ganancias en la práctica.

La Burbuja de Internet pasó por todas las etapas típicas de una burbuja. En primer lugar, nació de la euforia del mercado con el gran crecimiento del sector de servicios online durante la década de los 90 donde se podían adquirir servicios y productos de toda clase, desde comida para perros hasta accesorios de ropa o libros.

¿Es importante resaltar en esta guía de LA ACADEMIA 🤓☝s cuando todos querían tener una página web? Pues bien, estas empresas no solo tenían una página, sino que eran empresas completamente digitales.

Los inversores estaban entusiasmados con la idea de invertir en empresas que operaban exclusivamente en línea, con la promesa de ganancias astronómicas. ¡Estaban convencidos de que Internet era el futuro y que cualquier empresa que tuviera presencia en línea sería un éxito seguro!

Pero no todo era lo que parecía, ya que muchas de estas empresas no tenían una estrategia clara para generar ganancias reales. Pero eso no impidió que los inversores siguieran inyectando dinero en ellas. El chiste es que estas personas estaban dispuestas a invertir en cualquier empresa que tuviera «.com» en el nombre.

En Estados Unidos, el impacto fue aún mayor. El país fue el hogar de innumerables empresas de tecnología que despreciaban al mundo entero.

El mercado virtual se consideró muy prometedor. Y, por eso, retroalimenta un ciclo de intensa apreciación. La Bolsa de Valores Nasdaq, famosa por reunir empresas de alta tecnología en electrónica, computación, telecomunicaciones y biotecnología, tuvo su auge entre 1997 y 2000. Justo cuando se dio la evolución de las empresas tecnológicas.

En este escenario optimista, los inversores ganan confianza. Y apostamos fuerte por el segmento, sin tener en cuenta el análisis fundamentalista de las cotizadas.

En ese momento, las empresas sin ninguna tecnología gastaron fortunas en marketing para establecer marcas que las diferenciaran entre sí. Algunas startups gastaron hasta el 90% de sus fondos en publicidad. Cantidades récord de capital comenzaron a fluir hacia el Nasdaq en 1997. En 1999, el 39% de todas las inversiones de capital de riesgo se destinaron a empresas de Internet. Ese año, la mayoría de las 457 ofertas públicas iniciales (OPI) fueron de empresas de tecnología, seguidas de 91 solo en el primer trimestre de 2000. ¡La locura había empezado!

Muchas personas se preguntan si existe el riesgo de una burbuja tecnológica en estos días. Las opiniones difieren. Algunos análisis apuntan no solo al riesgo de una nueva burbuja tecnológica, sino también a una burbuja de criptomonedas y una burbuja de bonos del gobierno.

Por el contrario, la mayoría de los analistas cree que los inversores de hoy se guían por datos más complejos sobre las empresas, a diferencia de los inversores de la década de 1990, a quienes no les importaban tanto los datos.

La fiebre de las IPO

Las IPO, o Initial Public Offerings, son cuando una empresa decide vender acciones al público en general para obtener financiamiento. Durante la burbuja de las puntocom, las empresas hacían IPO para recaudar dinero y financiar su crecimiento, incluso si aún no tenían ganancias reales. ¡Era como si los inversores estuvieran comprando aire aunque el mismo estuviese contaminado!

Sin embargo, algunas empresas sí lograron tener éxito con sus IPO, como Google y Amazon. ¡Parece que los inversores no estaban tan locos después de todo! Pero otras empresas, como Pets.com, se hundieron rápidamente después de sus IPO, dejando a los inversores con pérdidas significativas. ¡Fue como una lotería, pero al revés!

En esta época, comprar acciones de una empresa que solo hacía cosas en línea era como apostar por el caballo ganador en una carrera de caracoles. Pero, ¿por qué la gente estaba tan emocionada por estas empresas en línea?

La respuesta es simple: la esperanza. La esperanza de que estas empresas cambiaran el mundo. La esperanza de que estas empresas hicieran que todos fueran ricos. La esperanza de que estas empresas fueran la próxima gran cosa.

Y muchas de estas empresas, como Amazon, Google y eBay, lo hicieron. Pero, por desgracia, muchas otras empresas no lo hicieron. Estas empresas habían creado negocios en línea que nunca tuvieron la intención de ser rentables. ¿Por qué molestarse en preocuparse por las ganancias cuando puedes hacer que tu empresa sea pública y hacerte rico vendiendo acciones?

Pero, a medida que más y más empresas salían a bolsa, el mercado de las puntocom se volvió más y más saturado. Las empresas que habían salido a bolsa comenzaron a verse afectadas por la competencia y las expectativas poco realistas de los inversores. Y cuando estas empresas comenzaron a incumplir sus promesas, las acciones comenzaron a caer.

Así que, si compraste acciones de una empresa que solo hacía cosas en línea durante la burbuja de las puntocom, probablemente te sientas un poco estafado. Pero, al menos aprendiste una valiosa lección: nunca subestimes el poder de la especulación.

El desenfreno y el colapso de las puntocom

Las empresas puntocom se gastaban millones de dólares en anuncios, pero ni siquiera tenían claro cómo iban a generar ganancias reales ni qué estaban vendiendo.

¿Y saben qué? Los inversores seguían comprando acciones como locos sin siquiera preguntarse si las empresas tenían un modelo de negocio viable o si tenían un producto o servicio real. Así que, si alguien les preguntaba por qué compraron acciones de una empresa que solo hace cosas en línea, seguramente responderían: «¡Pues porque todo el mundo lo hacía, amigo!»

Pero la risa no duró mucho, porque después de tanto derroche y despilfarro, las puntocom empezaron a caer como fichas de dominó. Muchos negocios en línea se desplomaron en un abrir y cerrar de ojos. Y claro, como no podía ser de otra manera, esto tuvo un efecto dominó en la economía y en la pérdida de empleos y ahorros de los inversores.

Para acabar con el tema abordado, amigos, la locura de las puntocom fue como una fiesta salrecorrido en la que todos se gastaban el dinero en lo que fuera, sin pensar en las consecuencias porque estaba de modo meter dinero en esa gran innovación tecnológica, ¿te suena? Y al final, como siempre pasa en las fiestas salvajes, alguien tiene que pagar la cuenta.

Cuando los inversores se dieron cuenta de que las acciones tecnológicas habían subido sin una buena razón, entraron en pánico. Pronto, la gente comenzó a poner sus acciones a la venta. La ley de la oferta y la demanda se activó y los precios se desplomaron.

El resultado fue que la mayoría de las empresas puntocom quebraron. Los que sobrevivieron tuvieron que reevaluar su modelo de negocio para adaptarse a la nueva realidad y poder sobrevivir.

Para acabar con el tema abordado, amigos, la locura de las puntocom fue como una fiesta salrecorrido en la que todos se gastaban el dinero en lo que fuera, sin pensar en las consecuencias porque estaba de modo meter dinero en esa gran innovación tecnológica, ¿te suena? Y al final, como siempre pasa en las fiestas salvajes, alguien tiene que pagar la cuenta.

El legado de las puntocom

Después de tanto derroche de dinero, publicidad y decepción, muchos se preguntaron ¿qué lecciones se pudieron aprender de esta locura? ¡Pues que no se puede vender aire! Aprendimos que no debemos invertir en empresas que solo tienen presencia en línea, sin tener un modelo de negocio sostenible.

Por supuesto, también aprendimos que no se debe confiar en la euforia de la bolsa de valores y que hay que ser más críticos y analíticos a la hora de invertir en la bolsa. Pero bueno, ¡al menos nos queda el recuerdo de aquellos tiempos emocionantes y llenos de irracionalidad!

La burbuja de las puntocom dejó un impacto significativo en la industria tecnológica, provocando una mayor cautela y escepticismo por parte de los inversores. Pero, por supuesto, algunas empresas lograron sobrevivir y prosperar después del colapso, como Amazon, Google, eBay y otras.

Así que amigos, la burbuja de las puntocom fue una montaña rusa emocional, con mucha emoción, risas y lágrimas. Pero, sin lugar a dudas, aprendimos que no se puede vender aire y que siempre hay que tener una estrategia sólida detrás de cualquier empresa. ¡Hasta la próxima aventura!

La Burbuja de Internet dejó algunas lecciones para la actualidad, tales como:

1- El valor de mercado no es generación de caja

A medida que la burbuja crecía, los inversores se centraron principalmente en los precios de las acciones y buscaron empresas que mostraran una rápida apreciación.

Muchas empresas no ofrecían una garantía de ganancias en el futuro cercano y su precio se fijaba principalmente por el momento en que atravesaba el mercado y no por el atractivo. La lección que queda es que los inversores permanezcan atentos a los indicadores de generación de efectivo, ingresos y capital.

2- El capital riesgo no siempre acierta

Los inversores centrados en el capital riesgo contribuyeron a alimentar la euforia del mercado. Para acabar con el tema abordado, este tipo de inversión, considerada de alto riesgo, se enfoca en inyectar dinero en empresas que se consideran prometedoras. En este sentido, la lección que queda es que una empresa no se desarrollará y obtendrá ganancias simplemente porque recibió solicitudes de inversionistas calificados.

3- La diversificación es clave

En 1999, casi el 40% de las solicitudes de capital de riesgo se dirigieron a empresas de servicios en línea. Esto indica que los inversionistas estaban concentrando el capital en un solo sector.

En otras palabras, los inversores no estaban diversificando, lo que además de contribuir al crecimiento de la burbuja, también empeoró el escenario cuando estalló. Entonces, la lección es: no importa cuán prometedor se vea un activo, nunca ponga todo su capital en él, prefiera siempre una buena diversificación.

4- No ignores las señales de advertencia

Cuando los inversores se dejan llevar por la euforia del mercado, tienden a ignorar las señales de alerta, las que llamamos popularmente como red flags. Por lo tanto, la cuarta lección de la Burbuja de Internet es: no ignores las señales y no te dejes llevar por el mercado.

Un consejo es tener cuidado con los activos que están experimentando una apreciación desproporcionada, como las acciones que triplican su valor en períodos cortos.

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