Fábula de la Cigarra y la Hormiga (Resumen)
La Cigarra y la Hormiga es una de las fábulas infantiles más famosas de la historia, todavía muy presente en nuestros recuerdos. Habla de una cigarra perezosa y una hormiga que lucha, comparando sus posturas sobre el trabajo y el futuro. La narración se suele atribuir a Esopo, un autor de la Antigua Grecia, pero también fue contada en verso por el francés La Fontaine y tuvo numerosas adaptaciones.
Resumen de Fábula de la CIgarra y la Hormiga

Como es habitual en las fábulas, esta historia está protagonizada por dos animales que se comportan de forma muy similar a los humanos. Durante el verano, Cigarra quiere disfrutar del buen tiempo y se pasa los días cantando. Mientras tanto, la Hormiga trabaja diligentemente, recolectando alimentos para sobrevivir al invierno. Cuando llegan los días de frío y lluvia, la Cigala no tiene nada para comer y le pide a la Hormiga que comparta su comida. La Hormiga, por su parte, se niega, diciendo que la Cigarra pasó el verano cantando y ahora necesita «arreglárselas».
La Cigarra pasó el verano cantando mientras la Hormiga recogía su grano. Cuando llegó el invierno, la Cigarra llegó a la casa de la Hormiga para pedirle que le diera algo de comer. La Hormiga luego le preguntó: «¿Y qué has estado haciendo todo el verano?» «Durante el verano yo cantaba», dijo la Cigarra. Y la hormiga respondió: – ¡Muy bien, ahora cabriola!
La versión completa de Esopo
Esopo (620 a. C. – 564 a. C.) fue un antiguo escritor griego que fue inmortalizado por su colección de fábulas que pasó a formar parte de la tradición popular oral.
En un hermoso día de invierno, las hormigas estaban teniendo dificultades para secar sus reservas de alimento. Después de un aguacero, los frijoles se mojaron. De repente aparece una cigarra: – ¡Por favor, hormiguitas, dadme de comer! Las hormigas dejaron de trabajar, cosas que iban en contra de sus principios, y preguntaron: – ¿Pero por qué? ¿Qué hiciste durante el verano? ¿No te acordaste de guardar comida para el invierno? Habló la cigarra: – A decir verdad, no tuve tiempo. ¡Pasé todo el verano cantando! Las hormigas hablaron: – Bueno… Si te pasaste todo el verano cantando, ¿qué tal si pasas el invierno cabriolando? Y volvieron al trabajo riendo.
Moraleja de la fábula La Cigarra y la Hormiga
Resumidamente, los perezosos obtienen lo que se merecen. La Cigarra y la Hormiga es una lección sencilla y directa sobre la importancia y el valor del trabajo. Cargados de simbologías, los personajes representan dos posturas opuestas ante la vida: la del trabajador y la del perezoso.
La fábula nos enseña a ser independientes y responsables de nosotros mismos. Incluso en momentos en los que nos apetece simplemente descansar y disfrutar de la vida, es necesario pensar en el futuro y luchar por él.
Esta historia, llena de sabiduría popular, también puede ser una buena oportunidad para hablar con los niños sobre otros valores fundamentales: la generosidad, la solidaridad, el compartir.
Después de todo, al final de la historia, no se dice que la Hormiga no ayudó a la Cigala, después de llamar a su razón. Entonces, una interpretación quedaría abierta: quizás la Hormiga fue generosa, después de alertar a la Cigala de su irresponsabilidad en el pasado.