Curiosidades sobre los gatos🕒 Tiempo estimado: 11 minutos de lectura
Los gatos son seres mágicos. Los felinos, inteligentes, perceptivos, atentos, también pueden resultar tiernos y protectores pero también son poderosos y alguna vez dominaron el mundo. Los gatos nos han dominado durante siglos y nosotros ni siquiera lo hemos notado. Mientras tú trabajas todo el día, ¿dónde crees que está tu gato? Probablemente durmiendo la siesta y pensando en cómo te va a manipular para que le des un poco más de comida.
Pero no todo es malo con los gatos. De hecho, son animales muy especiales y tienen muchas características únicas. ¿Sabías que los gatos tienen un sentido del oído increíblemente agudo? Pueden oír sonidos que nosotros los humanos ni siquiera podemos imaginar. Así que cuando tu gato se asusta por un ruido extraño en la casa, no te rías, ¡es totalmente real para ellos!
Otro hecho curioso es que los gatos tienen una habilidad increíble para esconderse en los lugares más extraños. Pueden desaparecer durante horas y luego aparecer de la nada como si nada hubiera pasado. A veces incluso se meten en cajas o bolsas pequeñas solo para demostrar que sí caben en ellas, y luego salen con una expresión de triunfo en su rostro.
Pero no todo es diversión y juegos con los gatos. También pueden ser muy misteriosos y hasta un poco tenebrosos a veces. Les gusta esconderse en lugares oscuros y observar todo lo que ocurre a su alrededor, como pequeños espías felinos. Incluso hay algunos gatos que pueden parecer un poco demoníacos cuando se les ilumina la cara desde abajo, ¡da un poco de miedo!
Los gatos son animales increíblemente especiales y únicos en su especie. Tienen habilidades y características que los hacen diferentes a cualquier otro animal en el mundo. Y aunque pueden parecer misteriosos y un poco tenebrosos a veces, no podemos negar que nos hacen compañía y nos alegran el día con sus travesuras y su personalidad única.
10. Muy dormilones
De media, un gato pasa 2/3 del día durmiendo. Esto significa que en 9 años de vida, solo están despierto durante 3 años. No es de extrañar que parezcan tan relajados todo el tiempo, ¡pasan la mayor parte de su vida durmiendo!
De hecho, si tu gato está despierto, puede que esté enojado contigo por despertarlo de su siesta. Y si tienes un gato mayor, puede que sea difícil diferenciar entre siesta y sueño profundo, ¡porque parecen estar durmiendo todo el tiempo!
Los gatos son expertos en administrar su tiempo de sueño. De hecho, se ha demostrado que dormir tanto ayuda a su cuerpo a recuperarse de lesiones y enfermedades, por lo que tal vez deberíamos tomar nota y pasar más tiempo durmiendo nosotros también. ¡Nunca es tarde para aprender de los gatos!
9. Sabor y gusto exigente
Bueno, si hablamos del gusto y sabor de los gatos, podemos decir que son bastante exigentes. ¡Son como críticos gastronómicos! Les encanta la comida fresca y de calidad, y les desagrada la comida procesada o rancia.
Pero lo que realmente los hace especiales es su preferencia por la carne. ¡Sí, los gatos son verdaderos carnívoros! Les encanta la carne fresca, ya sea de pollo, pescado o cualquier otra fuente de proteínas animales.
Y cuando se trata de sabor, a los gatos les encanta lo que a nosotros nos gusta: un buen sabor umami. Es ese sabor sabroso y satisfactorio que encontramos en la carne, los tomates, los champiñones y otros alimentos ricos en proteínas. Así que, si quieres hacer feliz a un gato, dale un trozo de carne jugoso y sabroso y serás su héroe culinario. ¡Solo asegúrate de que sea de buena calidad y bien cocida!
Un dato importante: a los gatos no les gustan los dulces.
8. Orígenes bíblicos
Los gatos tienen un origen verdaderamente divino. Según una leyenda hebrea, Noé oró a Dios para que lo ayudara a proteger la comida de los ratones en el arca. El dios cristiano hizo estornudar a un león, y de ese estornudo nació un gato.
Resulta que son el producto de un estornudo del rey de la selva, ¡nada menos! Así que, en vez de decir que los gatos son animales domésticos, deberíamos considerarlos como seres celestiales si siguiéramos esas creencias antiguas.
Imagínate que, cuando un gato estornuda, está llevando a cabo un pequeño ritual religioso que honra a sus ancestros leones. ¡Es como si cada vez que un gato estornuda, estuviera bendiciendo la habitación con su santidad felina! Además, si los gatos son los protectores de los alimentos de la humanidad, ¿no deberíamos adorarlos y honrarlos como si fueran dioses?
Por tanto, no subestimes a los gatos: son seres divinos con un pasado sorprendente, protegidos por leones, y su estornudo es una bendición que deberíamos recibir con gratitud y cierto respeto.
7. Son increíbles saltadores
Los gatos son como pequeñas máquinas voladoras, solo que más peludas y con menos hélices, casi como Doraemon con su gorrocóptero.
¿Sabías que un gato doméstico promedio puede saltar hasta cinco veces su propia altura? ¡Es como si un humano pudiera saltar sobre un edificio de tres pisos en un solo salto! Y no solo eso, también son muy precisos. Los gatos pueden calcular con precisión la distancia y la altura de sus saltos para aterrizar justo donde quieren.
Pero eso no es todo, los gatos también son excelentes trepadores. Pueden subir por árboles, postes, paredes y casi cualquier superficie vertical. Si los gatos fueran seres humanos, serían los campeones de escalada en roca.
Su habilidad para saltar y trepar viene de su estructura corporal única. Los gatos tienen patas traseras poderosas y flexibles, que actúan como muelles para impulsarlos hacia arriba. Además, tienen garras retráctiles que les permiten aferrarse a las superficies con facilidad y escalar con rapidez.
Y para colmo, los gatos también tienen una excelente habilidad de equilibrio. Pueden caminar por cornisas estrechas o superficies inestables sin caer. Incluso pueden girar en el aire y aterrizar de pie, lo que se conoce como «aterrizaje felino». ¡Es casi como si tuvieran un GPS incorporado para el equilibrio!
Los gatos son verdaderos atletas y maestros del salto y la escalada. Y mientras los humanos seguimos intentando saltar un poco más alto o trepar una roca más difícil, los gatos simplemente lo hacen sin esfuerzo alguno.
6. Inteligencia emocional desarrollada
Aunque a menudo se piensa que los gatos son criaturas frías e independientes, la evidencia sugiere lo contrario. Es más, los gatos están en sintonía con sus sentimientos y saben exactamente cómo hacerte sentir mejor cuando tienes un mal día. ¡Incluso pueden leer nuestras emociones y actuar en consecuencia!
Los gatos son tan inteligentes que pueden detectar el estrés en su dueño y hacer todo lo posible para calmarlos. De hecho, hay muchos ejemplos de la inteligencia emocional de los gatos. Aquí te dejo algunos:
- Empatía: Los gatos pueden sentir la emoción de sus dueños y tratan de consolarlos. Han sido conocidos por acurrucarse junto a sus dueños cuando están tristes o enfermos, y a veces incluso intentan lamer las lágrimas de sus dueños.
- Comunicación no verbal: Los gatos son expertos en la comunicación no verbal. Pueden leer los gestos y las expresiones faciales de los humanos y otros animales, y responden en consecuencia. También son buenos para comunicar sus propios sentimientos, como cuando maúllan para pedir atención o ronronean para demostrar su felicidad.
- Aprendizaje y memoria: Los gatos tienen una excelente capacidad de aprendizaje y memoria, y pueden recordar cosas durante mucho tiempo. Por ejemplo, un gato puede recordar la ubicación exacta de su caja de arena o la hora del día en que su dueño regresa a casa.
- Estrés y ansiedad: Los gatos también pueden experimentar estrés y ansiedad, al igual que los humanos. Pueden sentirse nerviosos en situaciones nuevas o cuando hay cambios en su entorno. Sin embargo, también pueden aprender a manejar el estrés y a relajarse con técnicas como el ronroneo y el estiramiento.
Con esto podemos concluir que los gatos tienen una excelente inteligencia emocional sorprendentemente compleja y pueden ser muy sensibles a las emociones humanas y las situaciones. Así que la próxima vez que veas a un gato, no subestimes su capacidad para entender lo que estás sintiendo.
5. Poco comunicativos
Un gato casi nunca maúlla a otro gato, solo a los humanos. Los gatos simplemente escupen, ronronean y silban a otros gatos.
Parece que los humanos somos los únicos afortunados que podemos disfrutar del dulce sonido del maullido. Son de pocos sonidos eso sí. Ellos tienen un sistema de comunicación mucho más sutil y refinado con otros gatos.
Mientras que a los humanos les encanta escuchar el sonido de los gatos maullando, a los gatos les gusta más el silencio, el movimiento grácil y la postura felina. Así que, la próxima vez que tu gato te ignore después de que le preguntes cómo está, no te lo tomes como algo personal, ¡es solo su forma de ser!
4. Saben hacer lecturas en frío
¿Crees que tu gato pueda leer tu mente? Pues no eres el único. Según estudios, ¡1 de cada 3 dueños de gatos piensan que sus mininos pueden hacerlo! Aunque, ¿quién sabe? A lo mejor tu gato está leyendo tus pensamientos justo en este momento mientras lo acaricias y le das de comer. Después de todo, los gatos tienen esa mirada intensa y profunda que parece que pueden ver más allá de lo que nuestros ojos humanos pueden percibir. ¿Será que realmente pueden leer nuestra mente o simplemente son expertos en interpretar nuestras señales no verbales?
En realidad, los gatos son verdaderos expertos en interpretar nuestras señales no verbales, como nuestro lenguaje corporal y expresiones faciales. Incluso pueden leer nuestras emociones y saber cuándo necesitamos un poco de atención y cariño.
Los gatos también son muy sensibles a la energía psicológica que emanamos. Si estamos tensos o ansiosos, pueden sentirlo y actuar en consecuencia. De hecho, los gatos pueden incluso ayudarnos a relajarnos y reducir el estrés con su presencia tranquila y afectuosa. Así que la próxima vez que te sientas un poco abrumado, busca a tu gato y déjate envolver por su energía calmante.
3. Escupen bolas de pelo
Los gatos son tan especiales que incluso su vómito tiene un nombre extravagante: egagropils. Si eres dueño de un gato, probablemente estás familiarizado con ese sonido desagradable de arcadas que tu gato hace antes de expulsar una bola de pelo.
Pero, ¿sabías que estas bolas de pelo tienen un propósito? Los gatos se lamen constantemente para mantenerse limpios y eliminar el pelo suelto, pero a veces este pelo se acumula en su estómago y no puede ser digerido. Entonces, para evitar una obstrucción intestinal, los gatos tienen que vomitar estas bolas de pelo. Y aquí es donde entra en juego el egagropils. Es un nombre bastante raro para algo que es un recordatorio diario de que tu gato necesita un buen cepillado.
2. Son seres cariñosos
Un gato se frota contra un humano no solo para mostrar afecto, sino también para marcar su territorio, debido al olor que desprenden las glándulas alrededor de su cara. La cola y las patas también tienen el mismo olor que el gato.
¡No te confundas! Los gatos no solo están siendo cariñosos cuando se frotan contra nosotros, ¡están marcando su territorio! Es como si dijeran «¡Ey, este humano es mío, no te acerques demasiado!» Y lo hacen gracias a las glándulas que tienen alrededor de su cara. Así que, la próxima vez que sientas que tu gato te está dando amor, recuerda que también está protegiendo su territorio. Además, ¿sabías que la cola y las patas de un gato también tienen el mismo olor que su cara? Es como su firma personal, ¡todo su cuerpo huele a gato!
1. Tienen un oído experto
Los gatos son unos expertos en escuchar, y es que pueden captar sonidos que ni siquiera los humanos podemos imaginar. De hecho, si hay algo que los gatos tienen en común con los espías, es su habilidad para escuchar conversaciones ajenas sin ser descubiertos.
Aun así no te equivoques, los gatos no solo son buenos oyentes, también saben cómo ignorarte cuando les conviene. Si estás intentando llamar su atención, lo más probable es que el gato te ignore por completo, a menos que tengas una lata de comida en la mano.
Además, hay que tener en cuenta que los gatos no solo escuchan bien, sino que también tienen un gran control sobre su voz. Pueden emitir un ronroneo suave y tranquilizador, o un maullido fuerte y demandante, dependiendo de lo que quieran conseguir. ¡Son todo unos expertos en comunicación!