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Lamarckismo🕒 Tiempo estimado: 5 minutos de lectura

Una de las primeras obras que contradecía las ideas fijas fue creada por Jean-Baptiste Lamarck (1744-1829) en 1809. En su obra conocida como Filosofía zoológica (Philosophie Zoologique), Lamarck trató de explicar cómo ocurrían los mecanismos evolutivos. Según él, todas las especies sufrieron cambios a lo largo del tiempo, y esta transformación gradual llevó a los organismos a una mayor complejidad.

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Una de las principales ideas del trabajo de Lamarck fue que el uso de cierta estructura la fortalecía, mientras que su desuso provocaba la atrofia de este órgano. Las serpientes, por ejemplo, no tenían patas, ya que estas no eran utilizadas con frecuencia por sus antepasados, quienes terminaron perdiendo esta estructura por falta de uso. Esta ley se conoció como la ley del uso y desuso.

Otro ejemplo clásico de esta teoría se refiere a la forma en que las jirafas adquirieron cuellos largos. Según el lamarckismo, como se conoció la teoría de Lamarck, habrían aparecido las primeras jirafas de cuello corto que se alimentaban de pequeñas plantas. Sin embargo, algunos individuos comenzaron a estirarse intencionalmente para comer hojas de plantas más altas. Esto provocó que la longitud del cuello de estos animales aumentara debido al esfuerzo realizado, y esta característica se transmitió a sus descendientes.

Otro punto importante en la teoría de Lamarck es la transmisión de caracteres a los descendientes. Creía que el individuo que adquiriera un rasgo durante su vida podría transmitirlo a sus hijos. Supongamos que una persona pasa su vida entrenando y fortaleciendo sus músculos. Según las ideas de Lamarck, los hijos de esta persona también tendrían músculos fuertes. Esta ley se conoce como la ley de herencia de los caracteres adquiridos.

Actualmente sabemos que las características adquiridas durante nuestra vida no se pueden transmitir a nuestros descendientes, ya que solo se pueden transmitir cambios a nivel genético. Además, sabemos que estos cambios no se pueden producir por el uso y el desuso. Por lo tanto, vemos claramente cuánto presenta la teoría conceptos erróneos.

Sin embargo, aunque sabemos que varios puntos del lamarckismo son incorrectos, las ideas de Lamarck han contribuido enormemente al pensamiento evolutivo. Fue uno de los primeros en darse cuenta de que el medio ambiente puede influir en la vida de los organismos y que estos pueden cambiar su comportamiento ante la nueva presión ambiental. A pesar de muchos conceptos erróneos, Lamarck fue sin duda muy importante para la biología.

Lamarckismo: Leyes y teoría

El lamarquismo se basa en dos leyes, descritas por Lamarck en el libro Philosophie zoologique:

«Primera ley»: uso y desuso: los órganos que se usan constantemente tienden a desarrollarse, mientras que los órganos que no se usan pueden atrofiarse; La necesidad de que los seres vivos se adapten a las condiciones ambientales dictaría el uso o desuso de ciertos órganos, lo que conduciría a su desarrollo o atrofia.

«Segunda Ley»: Transmisión de caracteres adquiridos: las características de uso y desuso serían heredadas por generaciones posteriores, por ejemplo: una jirafa necesita estirar su cuello para alcanzar las hojas de los árboles, su cuello crece y sus descendientes nacen con el más largo cuello. Los cambios que se producen en los individuos a lo largo de su vida y que les permiten adaptarse mejor al medio, son hereditarios, pasan de generación en generación, provocando cambios morfológicos en el conjunto de la población. (Hoy se sabe que no sucede así porque solo las características, modificaciones o mutaciones que ocurren en los genes de los cromosomas son transmisibles a la descendencia según el conocimiento de la genética actual. En la época de Lamarck no existía el conocimiento de la genética. .)

Principales causas de la evolución de los seres vivos: el medio ambiente y las necesidades de los individuos.

Lamarck comenzó a publicar detalles de su teoría en 1801. Creía que un cambio en el medio ambiente hacía que las necesidades de los organismos cambiaran también, provocando una alteración en el comportamiento de ese organismo. No solo a ese, sino que ese cambio podría transmitirse a su descendiente.

Estos cambios de comportamiento hicieron que se utilizara más o menos una determinada estructura u órgano. El uso haría que las estructuras aumenten de tamaño, mientras que el desuso haría que las estructuras disminuyan o se atrofien, provocando su desarrollo o desaparición. Lamarck llamó a esta regla la Primera Ley. La segunda ley establece que todos estos cambios son hereditarios.

El mecanismo propuesto por Lamarck es bastante diferente al de la selección natural de Darwin, pero el resultado predicho es similar: la adaptación continua y gradual de los organismos a su entorno. Como Darwin, Lamarck cita la variedad de animales y plantas producidos bajo la influencia del hombre; órganos vestigiales; y la presencia de estructuras embrionarias que no lo son.

La teoría de Lamarck era bastante similar a la propuesta por Erasmus Darwin, el abuelo de Charles Darwin, aunque aparentemente ninguno de los dos conocía el trabajo del otro. La genética mendeliana, redescubierta a principios del siglo XX, llegó a refutar la herencia lamarckiana.

Actualmente, nuevos descubrimientos sobre epigenética parecen revelar la existencia de mecanismos «lamarckianos» en la regulación de la expresión génica, aunque Lamarck nunca ha propuesto estos mecanismos en concreto. La expresión génica está regulada por el epigenoma, que a su vez responde a numerosos factores como la dieta y factores ambientales. Parte del epigenoma se puede transmitir a la descendencia, pero la mayoría de las posiciones metiladas vuelven a su estado inicial en las células germinales.

Resumiendo su teoría, en respuesta a las exigencias del entorno, los organismos adquieren o pierden determinadas características y estas alteraciones se transmiten a la descendencia.

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