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La Revolución Industrial y el Trabajo Industrial🕒 Tiempo estimado: 6 minutos de lectura

Por Revolución Industrial, en las ciencias humanas, se entiende como el período de gran desarrollo tecnológico que se inició en Inglaterra a partir de la segunda mitad del siglo XVIII. Con el tiempo, este desarrollo se extendió a otras partes del mundo, como Europa Occidental y Estados Unidos. Así surgió la industria y las transformaciones provocadas por ella hicieron posible la consolidación del capitalismo.

La economía, a nivel mundial, había experimentado importantes transformaciones. El proceso de producción de mercancías se aceleró mucho, ya que la producción manual fue reemplazada por el uso de la máquina. El resultado fue el estímulo a la explotación excesiva de los recursos de la naturaleza, ya que aumentó la capacidad productiva. La Revolución Industrial también impactó las relaciones laborales, generando una reacción de los trabajadores, cada vez más explotados en el contexto industrial.

El inicio de la Revolución Industrial se produjo con el desarrollo de la máquina de vapor, que utiliza el vapor del agua calentada por el carbón para producir energía y lo invierte en fuerza para mover las máquinas. En Inglaterra, a finales del siglo XVII, la primera máquina de este tipo fue creada por Thomas Newcomen y, en la década de 1760, este equipo fue mejorado por James Watt.

Muchos historiadores sugieren, entonces, que la década de 1760 fue el punto de partida de la Revolución Industrial, pero existe mucha controversia sobre la fecha del comienzo de esta revolución. En cualquier caso, es importante ceñirse al hecho de que la Revolución Industrial estuvo marcada por el desarrollo tecnológico y de las máquinas que transformó el estilo de vida de la humanidad.

Las primeras máquinas que surgieron estaban destinadas principalmente a satisfacer las necesidades del mercado textil en Inglaterra. Así, la mayoría de las primeras máquinas creadas surgieron con el objetivo de facilitar el proceso de producción de ropa. Estas máquinas hilan hilos a una velocidad mucho mayor que el proceso manual, y podemos destacar algunos de ellos, como el marco de hilado y el marco de agua.

Con el tiempo y a medida que los grandes capitalistas se enriquecieron, las ganancias de sus industrias comenzaron a convertirse en inversión para el desarrollo de los ferrocarriles, por ejemplo. El surgimiento de la locomotora y el ferrocarril permitió que las mercancías se transportaran más rápido y en mayor cantidad. Esto sucedió porque el beneficio de la industria inglesa fue tan alto que permitió la diversificación de inversiones en otros segmentos.
La Revolución Industrial provocó cambios profundos en el mundo, y uno de estos cambios se produjo en el proceso productivo y en el estilo de vida de los trabajadores. Para comprender cómo ha cambiado la vida del trabajador, necesitamos visualizar, primero, los cambios en el proceso de producción de bienes utilizando el contexto de la producción textil.

Antes de la Revolución Industrial, el proceso de producción era la manufactura, es decir, la producción se realizaba en una manufactura, en la que la producción era manual y el trabajador realizaba su trabajo a través de su artesanía. Con el desarrollo de las máquinas, la producción pasó a formar parte de la maquinaria, es decir, la máquina era en gran parte responsable de la producción.

Entonces, si antes de la máquina, la producción necesitaba la destreza del trabajador, ahora esto ya no era necesario porque cualquier trabajador podía manejar la máquina y realizar todo el proceso solo. En la práctica, esto significa que ya no se necesitaba un trabajador con habilidades manuales, y el resultado fue que su salario disminuyó.

Tomando como base el salario de un artesano que trabajaba en la ciudad de Bolton (ciudad inglesa cercana a Manchester), señala que, en 1795 (al comienzo de la Revolución Industrial), el salario medio era de 33 chelines. En 1815, este salario ya se había reducido a 14 chelines, y entre 1829-1834 ya era menos de 6 chelines. Este proceso de caída de los salarios tuvo lugar en Inglaterra y se extendió por Europa a medida que se industrializaba.
Además de los bajísimos salarios, los trabajadores se vieron obligados a aceptar una carga de trabajo excesivamente alta que, en algunos casos, llegaba a las 16 horas diarias, de las cuales el trabajador solo disponía de 30 minutos para almorzar. Este viaje fue particularmente cruel porque todos los que no pudieron hacerlo fueron reemplazados rápidamente por otros trabajadores.

El trabajo, además de agotador, era peligroso, ya que no había nada que protegiera a los trabajadores, y eran habituales los accidentes que les hacían perder los dedos o incluso las manos en los casos más graves. Los que estaban en baja por problemas de salud no recibían, ya que el salario solo se pagaba a los que trabajaban. Aquellos que no pudieron realizar el servicio físicamente fueron despedidos y se contrató a otros trabajadores. En cuanto a los salarios, las mujeres y los niños también trabajaban y sus salarios eran al menos un 50% más bajos que los de los hombres adultos. Muchos empleadores prefirieron contratar solo mujeres y niños porque el salario era más bajo (y por lo tanto sus ganancias más altas) y tenían más probabilidades de obedecer órdenes sin rebelarse. Esta situación de extrema explotación de los trabajadores hizo que se movilizaran para mejorar su situación. Así, se crearon organizaciones de trabajadores, conocidas como sindicatos. Las mayores demandas de los trabajadores fueron mejoras en el salario y reducción de la carga de trabajo. La movilización de los trabajadores dio lugar a dos grandes movimientos, en la primera mitad del siglo XIX, en Inglaterra, que son el ludismo y el cartismo.

• La primera rebelión operó en el período comprendido entre 1811 y 1816 y estuvo marcada por la movilización de trabajadores para invadir fábricas y destruir máquinas. Los partidarios del ludismo creían que las máquinas estaban robando los trabajos de los hombres y, por tanto, era necesario destruirlas. La represión de las autoridades inglesas sobre el ludismo fue muy dura y el movimiento duró muy poco.

• El segundo periodo de rebelión surgió en la década de 1830 y movilizó a los trabajadores para luchar por los derechos laborales y políticos. Los cartistas tenían el sufragio universal masculino como una de sus principales demandas, es decir, exigían que todos los hombres tuvieran derecho al voto. Además, exigieron que la clase trabajadora tenga representación en el Parlamento. Las protestas de los trabajadores en Inglaterra resultaron en algunas mejoras para esta clase, y estas mejoras se obtuvieron principalmente a través de la huelga. Uno de los grandes logros de los movimientos laborales en Inglaterra fue lograr la reducción de la jornada laboral a 10 horas diarias. Es importante mencionar que la movilización de trabajadores no fue solo resultado de la Revolución Industrial, ya que, en la historia europea reciente, las poblaciones más pobres se rebelaron contra las autoridades. Un ejemplo en la propia historia inglesa fueron los Diggers (Cavadores), un grupo cristiano radical que se movilizó durante los años de la Revolución Puritana.

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