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Viracocha, dios creador (mitología inca)🕒 Tiempo estimado: 8 minutos de lectura

Todo comenzó con Wiracocha, el creador supremo del mundo y de todas las cosas. Sí, ¡tal y como lo oyes! Este señor era el jefe de todo el chiringuito. Viracocha era el dios supremo de los Incas. Se le considera el dios creador, fue el padre de todos los demás dioses incas, y fue él quien formó la tierra, el cielo, el sol, la luna y todos los seres vivos.

Según la leyenda, Wiracocha salió de las aguas del lago Titicaca y creó el mundo, la luz y la vida. Con sus poderes divinos, dio forma a la Tierra, el cielo y las montañas. Y por si fuera poco, también creó a los seres humanos. ¡Vaya hombre más talentoso!

Pero la cosa no termina ahí. Después de haber creado todo lo que existe, Wiracocha se despidió de los mortales y partió hacia el oeste, caminando sobre las aguas del océano. Pero no se fue sin antes dejar una promesa: que volvería algún día para ayudar a los Incas en su momento de necesidad. ¡Este señor era todo un showman!

Y así fue. Siglos más tarde, cuando los Incas estaban siendo atacados por los españoles, apareció un hombre blanco barbudo, con una túnica blanca y un bastón dorado. ¿Adivinas quién era? ¡Sí, Wiracocha! O por lo menos eso creían los Incas.

Este misterioso personaje se presentó como el hijo de Wiracocha y los Incas lo recibieron con los brazos abiertos. Les enseñó cómo construir iglesias, cultivar la tierra y trabajar los metales. Pero, a pesar de todas sus buenas intenciones, la llegada de los españoles y la conquista del Imperio Inca parecía inevitable.

Aunque la historia de Wiracocha es una leyenda, para los Incas era un personaje real y muy importante en su mitología. Lo veían como el creador de todo lo que existía y el protector de los Incas. Así que, si alguna vez necesitas un poco de ayuda divina, ya sabes a quién invocar: ¡a Wiracocha, el creador supremo y aventurero!

Quién fue Viracocha para los Incas

Cuenta la leyenda que Wiracocha apareció en el lago Titicaca, el lago más alto del mundo, y que de allí emergió para crear todo lo que conocemos hoy en día. ¡Incluso a nosotros, los seres humanos! Sí, sí, tal cual lo oyes, este señor tenía habilidades impresionantes.

Pero no solo eso, Wiracocha también se destacaba por ser un señor muy sabio y piadoso. A menudo se le representa como un anciano de barba blanca que lleva en sus manos un cetro y un rayo, ¡como el mismísimo Thor!

Según la mitología Inca, Wiracocha creó a los primeros seres humanos de arcilla y los colocó en cuevas para que pudieran vivir allí. Pero estos seres eran muy desobedientes y desagradecidos, así que Wiracocha decidió enviar un gran diluvio para castigarlos. ¡A ver si así aprendían!

Sin embargo, Wiracocha decidió perdonar a algunos de ellos y los llevó a la superficie para que comenzaran una nueva vida. Les enseñó cómo construir casas, cómo cultivar la tierra y cómo adorar a los dioses. ¡Era como un abuelo sabio que siempre sabe qué decir en cada situación!

Viracocha fue una de las deidades más importantes del panteón inca, visto como el creador de todas las cosas o la sustancia a partir de la cual se crearon todas las cosas. Viracocha está estrechamente asociado con el mar. Se simboliza o dibuja usando el sol como corona, con rayos en las manos y lágrimas cayendo de los ojos como si fuera lluvia.

Se cree que los humanos fueron, de hecho, la segunda creación de seres vivos de Viracocha. Virachocha creó por primera vez una raza de gigantes de roca en la Edad Media. Sin embargo, estos gigantes comenzaron a desobedecer y fue necesario castigarlos enviando un gran diluvio.

En la leyenda, todos menos dos de estos gigantes volvieron a su forma de piedra original, lo que significaba que se los podía ver muchos años después en lugares como Tiwanaku y Pukará.

En su segundo intento, Viracocha, creó al hombre ya la mujer, pero esta vez con barro. También les dio regalos como ropa, idioma, agricultura y las artes.

Más tarde, Viracocha creó a todos los animales. La decisión más útil de Viracocha fue crear el sol, la luna y las estrellas que trajeron la luz al mundo.

Para los Incas, Viracocha creó el sol y la luna sobre el lago Titicaca. Según la tradición, después de formar el resto de los cielos y la tierra, Viracocha vagó por el mundo enseñando a los hombres el arte de la civilización. En Manta, Ecuador, caminó hacia el oeste a través del Pacífico, prometiendo regresar algún día.

Viracocha a veces se representa como un anciano con barba (símbolo de los dioses del agua) y una túnica larga que lleva un bastón.

En fin, Wiracocha era uno de los dioses más importantes y respetados de la mitología Inca. Era el creador del mundo y de la humanidad, y su sabiduría y bondad lo hacían ser admirado por todos.

Culto de Viracocha

El culto a Viracocha es sumamente antiguo y es posible que esté tallado en las ruinas megalíticas de Tiwanaku, cerca del lago Titicaca.

Viracocha probablemente ingresó al Panteón Inca más tarde, posiblemente bajo el emperador Viracocha, quien tomó el nombre del dios mítico.

Los Incas creían que Viracocha era un ser remoto que dejó de trabajar en el mundo para la supervivencia de otras deidades que había creado. Fue adorado activamente por la nobleza, particularmente en tiempos de crisis.

Otros nombres que recibe Viracocha

Como Dios omnipresente y supremo, Viracocha, los incas a menudo se referían a él por sus diversas funciones más que por su nombre, que podría significar lago, espuma o mar.

Estos otros nombres probablemente se usaron porque el verdadero nombre de Dios era demasiado sagrado para decirlo; Incluía a Ilya (Luz), Ticci (Génesis) y Wiraqoca Pacayacaciq.

Adoración a Viracocha

Viracocha fue adorado por los preincas del Perú antes de ser incorporado al Panteón Inca. En la mitología inca, el dios Viracocha entregó un tocado y un hacha de guerra al primer emperador inca Manco Capac y prometió que los incas conquistarían todo lo que se les presentara.

El nombre del dios también fue asumido por el rey conocido como Inca Viracocha (fallecido en 1438) y esta fecha puede ser el momento en que el dios fue presentado formalmente a la familia de los dioses incas.

Adorado en la capital inca de Cuzco, Viracocha también tenía templos y estatuas dedicadas a él en Caha y Urcos y sacrificios humanos (incluidos niños), y que a menudo también se sacrificaban llamas a Dios en importantes ocasiones ceremoniales.

Por lo tanto, como otros dioses incas eran importantes para la vida cotidiana de la gente común, Viracocha fue adorado principalmente por la aristocracia inca y, a menudo, en tiempos de crisis política.

Legado de Viracocha

Se dice que Viracocha, el dios creador, dejó un gran legado en la cultura inca. ¡Y no, no fueron solo algunos libros de autoayuda o videos de YouTube sobre cómo crear universos! Según la mitología inca, Viracocha fue el responsable de crear el mundo y a la humanidad, así que su legado es bastante impresionante.

Entre sus muchas hazañas, se dice que Viracocha enseñó a los incas las artes de la agricultura y la construcción, les entregó las llamas (que eran animales sagrados para ellos), y les dio un calendario y un sistema de escritura. ¡Ni el mismísimo Bill Gates podría haber hecho más!

Pero eso no es todo, Viracocha también dejó su marca en la arquitectura inca. Muchos de los edificios y templos más impresionantes que construyeron los incas, como Machu Picchu y Sacsayhuamán, se cree que fueron diseñados bajo su dirección. ¡Así que, básicamente, es el arquitecto más famoso de la historia peruana!

Además, la figura de Viracocha fue muy importante en la religión inca. Fue adorado como el dios creador supremo y se le atribuyó la creación de otros dioses y deidades menores. Incluso, algunos emperadores incas afirmaban ser descendientes directos de él, lo que les daba un gran poder y legitimidad en su gobierno.

Así que, en resumen, el legado de Viracocha para la cultura inca es inmenso. Les enseñó técnicas importantes, les entregó animales sagrados, les dejó impresionantes edificios, les dio un sistema de escritura y un calendario, y además fue adorado como el dios creador supremo. No está nada mal para un hombre que solo se paseaba por ahí con su barba blanca y su atuendo elegante.

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