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Teoría de los 21 días: consigue cambiar tu vida y crea hábitos saludables para tu crecimiento personal🕒 Tiempo estimado: 8 minutos de lectura

¿Cuántas veces has intentado hacer dieta, hacer ejercicio o incluso dedicar tiempo al día a la lectura y al estudio y has fallado? Seguro que si has pasado por esto, necesitas conocer la técnica de construir hábitos en 21 días. Después de todo, los estudios realizados señalan que 21 días es el tiempo que necesita el cerebro para absorber y entender los cambios como hábitos.

Los hábitos nos hacen disciplinados pero, ¿cuánto tiempo necesitas para cambiar, eliminar o crear un hábito? ¿Crees que es posible insertar un nuevo hábito en tu realidad o eliminar uno que te está perjudicando, en un corto espacio de tiempo? Quizás no te hayas parado a pensar en ello, y mucho menos a prestar atención en este momento, pero existen elaborados estudios científicos sobre esta posibilidad. La mayoría de la gente respondería esta pregunta indicando que son necesarios años de dedicación para acostumbrarse a una tarea de modo rutinario. Sin embargo, los retos de la vida como la etapa estudiantil o la laboral exigen adaptarnos a rutinas por un futuro mejor que nos haga abandonar aquello en lo que fallamos o mejorarlo y alcanzar este cambio de forma relativamente rápida. Después de todo, los comportamientos se cultivan durante toda la vida, lo que dificulta la transformación interna. Pero, con una dosis de compromiso, es posible estimular actitudes positivas para acelerar los resultados personales y profesionales. En este contexto, un gran aliado es la Teoría de los 21 Días. En el ámbito educativo, aplicar esta teoría te ayudará a ganar disciplina con los estudios y mantenerte 100% motivado durante todo el proceso.

Por mucho que creas que cambiar hábitos es una de las cosas más difíciles que hay, sobre todo cuando nos dedicamos toda la vida a cultivarlos, en realidad, cuando te comprometes de verdad, puedes dejar atrás comportamientos y actitudes que dificultan tu desarrollo. En la práctica, el concepto defiende que una persona necesita 21 días seguidos para adquirir constancia en una nueva costumbre, es decir, con 21 días se aprende a crear un hábito, una capacidad adaptativa orientada a cualquier tarea.

¿Qué es un hábito?

Por definición, un hábito es un conjunto de comportamientos rutinarios. Es decir, acciones que una persona realiza de manera regular.

Por ejemplo, cepillarse los dientes al despertarse y cerrar la puerta con llave al salir de casa.

Sin embargo, este es un criterio muy particular y cada individuo desarrolla de manera específica cuáles serán estas actividades del día a día, sean buenas o malas. Vale la pena mencionar que esto no siempre sucede de manera consciente. Por ello, muchas personas comparten el deseo de cambiar sus hábitos.

Ante esta situación, se crearon algunos estudios. Uno de los principales se llama la técnica de 21 días.

Descubre a continuación cómo funciona esta metodología y también qué necesitas hacer para aplicarla en tu día a día.

¿Qué es la teoría de los 21 días?

Según la teoría de los 21 días, el ser humano necesita al menos 21 días constantes para cambiar un hábito. Y es importante dejar claro que es lo mínimo y no lo suficiente para que estos cambios sucedan. Cuando hablamos de cambiar un hábito, siempre es bueno recordar que cada persona tiene su propio tiempo, en este sentido, podemos decir que hay personas que pueden hacerlo en menos tiempo y otras que necesitan más tiempo.

Aunque la Teoría de los 21 Días está muy relacionada con el universo de la alimentación (centrada en el cumplimiento de las dietas, por ejemplo), el concepto puede aplicarse en cualquier ámbito. Con base en esta teoría, existen varios desafíos dirigidos a la construcción de hábitos saludables. Un ejemplo de hábito en 21 días es el 21 Day Meat Free Challenge, que tiene como objetivo alentar a las personas a reducir su consumo de carne.

Conforme a la teoría, otras personas buscan adaptar una necesidad al desafío ligado a la teoría de los 21 días. Cualquiera que sea el reto que elijas, debe ser para bien, por ejemplo: permanecer 21 días sin consumir azúcar, sin consumir bebidas alcohólicas, sin fumar, sin quejarte, sin hablar mal de la gente, etc.

Otra sugerencia es empezar un reto de 21 días sin hacer dieta, o 21 días haciendo algún tipo de ejercicio físico para estimular el cuerpo, ya sea caminar, correr, algo más funcional, ¡solo ejercicio! ¡¿No es una buena idea?!

El origen de la teoría de los 21 días

En la década de 1950, el médico y cirujano Maxwell Maltz notó un patrón de comportamiento muy común en sus pacientes. Él, que era un reconocido cirujano plástico y especialista en amputaciones, notó que los pacientes tardaban 21 días en acostumbrarse a las reconstrucciones faciales y amputaciones. Antes de este período, los amputados se comportaban como si tuvieran un órgano fantasma. Después del período de 21 días, cambiaron su comportamiento y aceptaron la nueva condición.

Estudios realizados por Phillippa Lally, del University College London, atestiguan que la efectividad de la Teoría de los 21 días radica precisamente en crear una fecha límite. Tener un plazo debidamente estipulado contribuye positivamente a la salud mental de quienes quieren cambiar algún hábito.

A favor de la percepción norteamericana, la University College London reveló que la efectividad de esta teoría radica en el hecho de estar respaldada por un período temporal. Para dar fluidez a un propósito que se quiere lograr, el cerebro debe ser capaz de adoptar la acción definida de tal manera que lo deje en piloto automático. Este paso es fundamental para requerir menos esfuerzo personal en el cambio. Sin embargo, este procedimiento se ve comprometido por estar vinculado a un tiempo definitivo, ya que la presión de promover una transformación permanente es capaz de generar una barrera emocional capaz de impedir nuevos comienzos.

¿Quieres eliminar los hábitos tóxicos de tu vida?

La fuerza de voluntad en este proceso es esencial. Cambiar hábitos, especialmente los que llevamos a lo largo de nuestra vida, o construir otros nuevos, que, por mucho que no te des cuenta inicialmente servirán para traer varios beneficios a tu historia en su conjunto, no puede ser, en absoluto, un proceso de lo más fácil de poner en práctica.

Sin embargo, en este mismo proceso, hay algo que será decisivo para que puedas implementar cambios extraordinarios en tu vida. Me refiero a esa fuerza de voluntad que, en este momento, puede estar escondida, tímida y perdida, pero solo está esperando una hermosa y gran oportunidad para despertarse dentro de ti.

Eso sí, es muy importante que tengas la fuerza de voluntad suficiente para llegar al final de los 21 días de reto y continuar con los cambios propuestos para alcanzar la rutina inicialmente. Digo esto, porque seguro que te surgirán muchas tentaciones, como un asado con amigos el fin de semana, esas ganas incontrolables de comer dulces, o quejarte de los problemas que surgen en la vida cotidiana como solías hacer en los viejos tiempos lo que te bloquea y anula el hábito y su constancia.

Es más que normal que surjan estas tentaciones. Lo que marcará la diferencia será tu postura frente a ellos. ¿Te rendirás o realmente te comprometerás con los resultados que quieres lograr en tu vida, en el sentido de mejorarla en la forma que quieres y necesitas?

Así, es fundamental que, en todo momento, pienses en tu objetivo y visualices las ganancias que obtendrás al final de este proceso, porque esto es lo que alimentará constantemente tu voluntad, para continuar e implementar, de manera definitiva. , los cambios necesarios para su propia felicidad. La visualización es clave para fijarla como una meta, un premio que obtendremos y que debemos no olvidar si conseguimos arraigar un nuevo hábito o dejar de hacer aquello que nos perjudica. Tienes 21 días para proponértelo y si falla reinicia la cuenta atrás hasta lograrlo.

¿Cómo funciona la teoría de los 21 días?

Como ya puedes entender, 21 días es el tiempo en que los expertos comenzaron a notar mejoras e implementaciones de nuevas rutinas en diferentes contextos. Aunque el cirujano Maxwell Maltz fue un pionero en el tema, no fue el único en encontrar evidencia de ello.

Después del período de 21 días, el cerebro comienza a interpretar los cambios como algo común e incorporado a la rutina. No siendo tan difícil de ejecutar como en los primeros momentos.

Por lo tanto, la teoría de los 21 días se basa en desarrollar algo conscientemente durante este período para que el hábito se establezca y el comportamiento se convierta en parte de la rutina.

Por lo tanto, puedes desafiarte a ti mismo en diversas situaciones según tu objetivo como puede ser:

  1. Voluntad de emprender: construir hábitos de lectura y estudio;
  2. Necesidad de ser más productivo: organización rutinaria con bloqueo de aplicaciones y redes sociales en el trabajo;
  3. Tener una mentalidad más fuerte: desarrollar técnicas de meditación y enfoque.

Elimina la procrastinación con la teoría de los 21 días

La procrastinación puede ser un enemigo de la rutina para aquellos que no pueden escapar de ella. Aplazar tareas es contraproducente cuando se quiere optimizar el tiempo y aprovechar al máximo el día. Una forma de combatir este mal es potenciar tu habilidad para desarrollar los hábitos y poner en práctica la comentada teoría de los 21 días.

Mantente centrado en tu foco, tus objetivos y tus ganancias para motivarte a tí mismo para lograrlo.

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