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Apu Inti, dios del Sol (mitología inca)🕒 Tiempo estimado: 5 minutos de lectura

Inti es un dios de la mitología inca que se encargaba de iluminar el mundo entero con su luz radiante y calentita. Imagínate, era como el equivalente al astro rey que nosotros conocemos como el Sol, pero con una personalidad y un estilo único. ¿Cómo te lo explico? Era como si fuera el señor de los rayos solares y la fuente de vida de toda la naturaleza.

Apu Inti, o simplemente Inti, era el nombre del dios Sol de los antiguos Incas. Llamado «Siervo de Wiracocha», ejercía la soberanía en el plano divino. Su intermediario era el Emperador Inca, llamado «Hijo de Inti», quien reinaba sobre los hombres.

Se dice que los incas le rendían culto a Inti y lo adoraban con ofrendas y sacrificios, ¡como si fuera el mismísimo Brad Pitt de la época! Pero no te preocupes, que Inti no era un dios engreído ni nada por el estilo, al contrario, era muy humilde y siempre estaba dispuesto a dar lo mejor de sí para su pueblo.

Y es que, no te lo pierdas, Inti tenía un superpoder que lo hacía el rey del verano: podía derretir la nieve de las montañas, calentar las cosechas y hacer que las flores florecieran. ¡Vaya crack!

Inti era la deidad más importante para los Incas: era adorado en muchos santuarios, recibiendo ofrendas de oro, plata y las llamadas «vírgenes del sol», quienes le servían. Los Incas le hacían sacrificios, creyendo que lo estaban satisfaciendo. Tenía un gran templo en las afueras de Cusco, capital del Imperio Inca, donde se guardaban las momias de los emperadores incas, y cuyas paredes estaban hechas de oro, que los incas creían que era el sudor del sol.

La fiesta del sol, Inti Raymi en lengua quechua, se celebraba el 24 de junio de cada año, en el solsticio de invierno en los Andes, época en la que los días crecen continuamente hasta el 25 de diciembre, aproximadamente. Esta ceremonia se realizó en la fortaleza de Sacsayhuamán, halcón satisfecho, a dos kilómetros de la capital del Imperio Inca, Cusco, ombligo quechua, centro del mundo. En un imperio tan frío, el Sol era la deidad más importante y marcaba que había llegado el momento de preparar la tierra y las semillas para la siembra.

La ceremonia fue prohibida en 1572 por el virrey español Francisco de Toledo, por considerarla pagana y contraria a la fe cristiana. Recién en 1944 se comenzó a estudiar la ceremonia en escritos en lengua quechua y se volvió a celebrar.

El solsticio de invierno en el hemisferio sur es cuando la Tierra se encuentra en el punto de su órbita más alejado del Sol, dio inicio el Año Nuevo Inca, evento asociado al surgimiento de la etnia Inca y conocida como Temity Ára, entre los guaraníes.

Para los Incas, Inti era más que un simple astro. Era una deidad sagrada que representaba la vida y la fertilidad. ¿Sabes por qué? ¡Porque sin sol, no hay cultivos, no hay vida y no hay bronceado en la playa! ¡Eso es realmente terrible!

Según la historia inca, el creador supremo del mundo fue Wiracocha. Creó a los hombres de arcilla y los colocó en cuevas, de las cuales emergieron al mundo exterior. También creó a los hermanos sol, luna y estrellas en el lago Titicaca, donde vivían en islas e indicaron el origen de los ancestros de los incas. El Sol es el proveedor de luz y calor que permite que las plantas crezcan. Fue el Sol quien envió a sus hijos Manco Cápac y su hija Mama-Ocllo (diosa de la Luna, la fertilidad, el matrimonio y la mujer) a iluminar una Tierra caótica y oscura. Manco Cápac y Mama-Ocllo se casaron. Surgieron de las aguas del lago Titicaca y emprendieron un viaje en busca de un lugar para establecer su reino.

Además de su relación con otros dioses, los Incas creían que los emperadores eran descendientes directos de Inti. ¡Así que imagina la importancia que tenía este solcito en su cultura! Incluso, en algunos de sus rituales religiosos, los Incas le ofrecían sacrificios humanos al sol. Ciertas ceremonias en relación al dios Sol se extienden hasta nuestros días. La fiesta del ‘Inti Raymi’ (Fiesta del Sol), que se remonta al imperio Inca, floreció en los siglos XV y XVI y se reintrodujo en 1944. La celebración reúne a más de 80000 personas cada año en Cusco, la capital. del imperio Inca (sureste del Perú).

Por lo que vemos Inti era un dios muy poderoso, muy importante y muy, muy caliente. Siempre estaba presente en la vida de los incas y su luz brillante y cálida los guiaba en su camino hacia la felicidad. Así que, si alguna vez necesitas un poquito de calor y de energía positiva, ya sabes a quién invocar: ¡a Inti, el dios del sol

Pero no todo era sacrificio y adoración, el sol también tenía una importancia práctica. Los Incas utilizaban el sol como herramienta para medir el tiempo, la agricultura y la arquitectura. ¡Sí, como lo oyes! Gracias a la posición del sol, los Incas podían determinar las estaciones del año y el momento adecuado para sembrar y cosechar sus cultivos.

Para ir acabando, cabe destacar que el nombre Inti es muy bonito, corto y fácil de recordar. ¡No como algunos nombres modernos que parecen una sopa de letras! ¡Así que recuerda siempre la importancia de Inti, el sol de los Incas, en su cultura! Y nunca olvides que sin sol no hay fiesta, ni cultivos, ni diversión en la playa.

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