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Origen de la pizza🕒 Tiempo estimado: 4 minutos de lectura

Al contrario de lo que piensa la mayoría de la gente, la pizza no se originó 100% en Italia aunque de allí fue de donde se popularizó.

Cuenta la leyenda que en la antigua Roma, había un emperador llamado Tito Flavio Vespasiano, quien solía tener problemas para dormir por las noches debido a su estómago vacío. Un día, mientras caminaba por las calles de la ciudad, se topó con un panadero llamado Giovanni, quien había inventado una nueva forma de hacer pan con tomate y queso, y lo estaba vendiendo en la calle.

Los antiguos egipcios desarrollaron y perfeccionaron una masa que resultó de la mezcla de harina y agua y cuya receta pasó por diferentes civilizaciones a lo largo de la historia, por lo que se supone que sirvió de base para nuestra masa de pizza actual.

Los griegos, por ejemplo, usaban la receta egipcia, añadían arroz y asaban la preparación resultante sobre ladrillos calientes. Los fenicios, por su parte, optaron por añadir otros alimentos a la masa egipcia, como cebollas y carne.

Naturalmente, esta receta acabó llegando también a Italia, país donde, sin duda, se realizaron las mayores y más importantes aportaciones a este famoso manjar culinario.

El emperador probó una rebanada y quedó encantado con la mezcla de sabores. Le preguntó a Giovanni cómo se llamaba su creación, y él respondió «pizza». Desde entonces, el emperador se convirtió en un adicto a la pizza y ordenaba que se la trajeran a palacio todas las noches.

Pero la popularidad de la pizza no se limitó solo a Roma. Con el tiempo, la receta se extendió por toda Italia y luego por todo el mundo, convirtiéndose en uno de los alimentos más queridos por todos.

Durante la Edad Media, los turcos musulmanes comenzaron a adoptar la costumbre alimentaria de los fenicios y, a raíz de la expansión de las Cruzadas, la receta de esta “pizza fenicia” llegó a Italia por el puerto de Nápoles.

En un principio, a las pizzas napolitanas solo se les añadían algunas hierbas y aceite de oliva para que fueran baratas, ya que su principal destino eran los italianos más pobres, siendo el alimento más utilizado con el objetivo de acabar con el hambre de la gente. Como curiosidad, cabe señalar que en esta época la pizza se comía como si fuera un bocadillo.

Y fue en Nápoles, la ciudad actualmente considerada la cuna de la pizza, donde apareció la primera pizza redonda. En aquella época también se añadían tomates, bacon, pescado frito y queso, siempre mucho queso.

La fama de este manjar se extendió rápidamente, lo que dio lugar a la aparición de la primera pizzería de la historia: Antica Pizzeria Port’Alba, fundada en 1830, que se convirtió en punto de encuentro de varios artistas de la época, como Alexandre Dumas.

También fue en Nápoles donde nació la famosa pizza Margherita, cuando en 1889 Dom Raffaele Espósito, un panadero al servicio del rey Umberto I y la reina Margherita, decidió honrar a la reina haciendo una pizza para imitar los colores de la bandera italiana. , blanco, rojo y verde, utilizando queso mozzarella, tomate y albahaca, productos que le permitieron obtener los colores deseados. A la Reina le encantó tanto este plato que Dom Raffaele decidió llamarlo Margherita.

Por esta razón, la pizza ya no se considera solo “alimento para los pobres”, sino que se vuelve más universal.

Actualmente, solo en Italia hay unas 30.000 pizzerías que producen, al año, el equivalente a 45 pizzas por cada italiano. Cuéntame, ¿te entró hambre?

Así que, la próxima vez que disfrutes de una deliciosa pizza, recuerda que estás comiendo una creación que ha existido por siglos y ha sido amada por emperadores, panaderos y personas comunes por igual. ¡Viva la pizza!

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