📙 Significado de Helenismo🕒 Tiempo estimado: 3 minutos de lectura
El helenismo, también conocido como período helenístico, fue un período de la historia que representó la expansión de la cultura griega, también llamada cultura helenística. Durante este período, Grecia estuvo bajo el dominio de Macedonia, comandada por el emperador Alejandro Magno. Alejandro Magno fue el responsable de la expansión de la cultura griega en el mundo antiguo.
El imperio de Alejandro Magno
Alejandro Magno, o Alejandro el Grande, fue uno de los mayores conquistadores, estrategas militares y administradores políticos de la historia universal. La expansión de los dominios del imperio de Macedonia, primero para toda la Hélade (el conjunto de ciudades-estado que formaba la Grecia Antigua, incluyendo Esparta y Atenas), luego en dirección a Anatolia (actual Turquía), al Oriente Medio, entonces dominado por los persas, y a la India, fue uno de los mayores logros que el mundo ha visto.
Con tal expansión, Alejandro no llevó solo saqueos y guerras, tampoco arrasó con las tradiciones y culturas. El imperio alejandrino se caracterizó por llevar también la cultura griega (llamada helénica) a todas las regiones que conquistó. Se caracterizó también por integrar los elementos de las culturas conquistadas, como aquellos de la cultura persa (de la cual Alejandro era un gran admirador), con los elementos de la cultura griega. Este proceso construyó un mundo nuevo, ecuménico e integrado en la Antigüedad que recibió el nombre de Helenismo o Período Helenístico.
Dato curioso: El término “helenismo” y el concepto de “período helenístico” fueron creados por el historiador alemán, especialista en cultura clásica, Johann Gustav Droysen. El objetivo de Droysen era establecer un marco comprensivo sobre la interacción de la cultura helénica con la cultura asiática – es decir, desde Persia hasta la India.
La cultura helenística
Así como los persas, que tuvieron reyes como Ciro el Grande, un profundo apreciador de la cultura extranjera, Alejandro aprendió a valorar la cultura ajena sin descaracterizarla. Llegó, incluso, a casarse con una princesa persa, según los rituales típicos de ese pueblo.
La cultura helénica fue asimilando y absorbiendo los valores de las culturas conquistadas, al mismo tiempo que también introducía en ellas sus características, como el racionalismo y la articulación política abierta. Según Droysen:
“El alma asiática es, en general, más altiva, más uniforme y más limitada que el alma occidental. Era imposible hacer tabla rasa de sus prejuicios y costumbres, así como de la individualidad profunda de los pueblos orientales. El trabajo de asimilación solo podía efectuarse lentamente, por etapas sucesivas. Lo que triunfó sobre el Oriente, en última instancia, no fueron los griegos, sino la civilización helénica. Por ese hecho, se invistió de una importancia primordial. Los elementos de esa civilización eran el racionalismo y la autonomía democrática.
Los centros culturales del helenismo
Muchas ciudades, como Alejandría, en Egipto, se convirtieron en grandes centros culturales en el período helenístico, albergando saberes científicos, filosóficos, religiosos y literarios de inmenso valor. Incluso durante el período de dominio del Imperio Romano, la cultura helenística persistió, convirtiéndose en la base de la formación de los hombres durante muchos siglos.
Dato curioso: Alejandría fue sede de una famosa biblioteca de rollos de papiro, donde constaban al menos 200.000 copias de obras de sabios de la antigüedad según varios registros de historiadores de distintos periodos. Se cree que fue la primera biblioteca universal de la historia.