Entendamos el significado de este constructo. La ciudadanía es el conjunto de derechos y deberes que ejerce un individuo que vive en sociedad, en cuanto a su poder y grado de intervención en el disfrute de sus espacios y su posición para poder intervenirlos y transformarlos.

Hace unos miles de años, cuando aún no existían los videojuegos ni los móviles inteligentes, la gente vivía en tribus y se pasaba el día cazando y recolectando comida. Pero un día, un grupo de personas decidió que ya era hora de dejar de andar de aquí para allá y asentarse en un lugar fijo. Así, crearon pueblos y ciudades y empezaron a vivir juntos, compartiendo recursos y aprendiendo unos de otros. Pero como siempre hay un listillo que quiere llevar la voz cantante, surgió la idea de la ciudadanía.

La ciudadanía es como ser parte de un club exclusivo de un país. Y ¿sabes qué es lo mejor? ¡Que nadie te pide que hagas flexiones de brazos ni que corras una maratón para entrar! Pero ¡ojo! Hay unas reglas y unos deberes que cumplir, como votar, pagar impuestos y no hacer caca en la calle. Además, tendrás unos derechos, como tener un nombre chulo en tu carnet de identidad, ser protegido por la ley y tener acceso a los servicios públicos.

Unos cuantos tipos se sentaron en una piedra y dijeron: «¡Eh, vosotros sois de este pueblo, así que tenéis que pagar impuestos y obedecer nuestras órdenes, pero también tenéis derechos como el de no ser sacrificados a los dioses sin vuestra autorización!». Y así nació la ciudadanía, ¡una idea que ha perdurado hasta nuestros días!

El concepto de ciudadanía proviene del latín civitas, que significa ciudad. En el pasado, ciudadano era aquel que formaba parte de la ciudad, teniendo derechos y deberes por vivir en ella. Actualmente, este concepto va más allá de los límites urbanos, y puede entenderse en las zonas rurales.

La expresión de ciudadanía suele asociarse con el campo del derecho, en el cual existe una serie de leyes enfocadas en los derechos y deberes que tienen los ciudadanos. Entre los deberes se destaca el voto electoral (que también es un derecho), el celo por el espacio y el cumplimiento de las leyes. Entre los derechos está el derecho a ir y venir, así como el acceso a la salud, vivienda, alimentación y educación.

El concepto de ciudadanía también se relaciona con la nacionalidad del individuo, es decir, la legalidad de su permanencia en un determinado territorio administrado por un Estado Nacional. Se habla, por ejemplo, de ciudadanía brasileña, ciudadanía portuguesa y ciudadanía estadounidense.

En los casos de incumplimiento de los deberes, se le puede revocar parte de la ciudadanía al individuo, al igual que vetar a los reclusos que tienen derecho al voto, entre otras limitaciones impuestas por la ley penal.

¿Cuál es el papel de la ciudadanía?

La función de ciudadanía está relacionada con la construcción de una sociedad democrática, teniendo en cuenta los derechos y deberes de los ciudadanos, ya sean civiles, políticos o sociales, mediante la participación activa del individuo en las diferentes esferas de la sociedad.

Por tanto, el papel de la ciudadanía es velar por el cumplimiento de los derechos y deberes de los ciudadanos, con vistas a la construcción de una sociedad verdaderamente democrática. Así, la ciudadanía contribuye, entre otros aspectos, a la mitigación de la desigualdad social ya la promoción del desarrollo sostenible, a través de acciones individuales y colectivas que apunten al respeto y la solidaridad entre las personas que comparten un mismo territorio.

¿Qué es ser ciudadano?

Ser ciudadano es como estar en un juego de rol gigante llamado «La Vida Real», similar a Los Sims pero en el mundo tangible y con normas. Te dan un personaje con habilidades y desventajas, y tienes que jugar según las reglas del mundo real. Pero, a diferencia de otros juegos, ¡no puedes simplemente salirte si te aburres o te sientes frustrado!  El mundo no se para y tú tampoco. Además de tener ventajas también tienes deberes como pagar impuestos y prohibiciones como no hacer caca en la calle.

El concepto de ciudadanía está directamente combinado con el de ciudadano, ya que para la realización de la ciudadanía de un individuo es necesario el ejercicio de sus deberes y el respeto de sus derechos.

En este sentido, ciudadano es el individuo que participa autónoma y activamente en la sociedad, con la adopción de medidas individuales y la participación en acciones colectivas que contribuyan a la construcción de un modelo social más libre y democrático. Así, ser ciudadano es en realidad ejercer la ciudadanía, teniendo derechos y deberes tutelados por la legislación local y aplicados en la vida cotidiana.

Como ciudadano debes aprender a convivir con otros jugadores y a colaborar para alcanzar objetivos comunes. Además, la trama del juego cambia todo el tiempo y nunca sabes qué va a pasar después. Pero tranquilo, con la práctica te vuelves un experto en este juego loco y ¡puedes llegar a ser el mejor jugador de todos!

Pleno ejercicio de la ciudadanía

El pleno ejercicio de la ciudadanía implica la participación activa del individuo en la sociedad. De esta forma, los ciudadanos ejercen la ciudadanía cuando tienen plena conciencia de sus derechos y deberes y los aplican en acciones cotidianas que promuevan el desarrollo de su comunidad, con la participación de las escuelas y la educación en general en el proceso de sensibilización de las personas.

Para concluir…

• La ciudadanía es el conjunto de derechos y deberes que tiene todo ciudadano en su lugar de origen.
• El derecho al voto es un ejemplo de ciudadanía practicada en países con un gobierno democrático.
• El papel de la ciudadanía es contribuir a la construcción de una sociedad más inclusiva a través de la participación en la sociedad.
• El pleno ejercicio de la ciudadanía implica el conocimiento de los derechos y deberes por parte de las personas.
• La historia de la ciudadanía se refiere a la construcción del proceso de democracia en las sociedades antiguas, como Grecia y Roma, y está relacionada con el cumplimiento de los derechos y deberes de los ciudadanos.