🎒 Hermes, dios de los ladrones🕒 Tiempo estimado: 8 minutos de lectura
En la mitología griega, Hermes es uno de los dioses olímpicos y también el mensajero de los dioses.
Desde su nacimiento, se notaba que era diferente a los demás. Imagina un bebé que ya sabía hablar y caminar desde el primer día Con su risa pícara y su capacidad para moverse con rapidez, se convirtió en el dios de los mensajeros y los viajeros.
Hermes siempre llevaba un sombrero alado y unas sandalias mágicas que le daban la velocidad de un rayo. Vaya, era más rápido que un servicio de mensajería en línea No había secretos que pudieran ocultarse de él, ya que podía escuchar conversaciones desde lejos y transmitir mensajes entre los dioses con facilidad.
Hermes también disfrutaba haciendo bromas. Un día, decidió robar las vacas sagradas de Apolo, solo por diversión. Apolo se enfadó mucho, pero Hermes logró calmarlo con su ingenio y le devolvió las vacas sin que nadie saliera lastimado. Vaya habilidad para solucionar problemas la de este ladronzuelo
Hermes también era el patrón de los comerciantes y los ladrones habilidosos. Sí, hasta los ladrones necesitaban un dios que los protegiera Era un maestro en el arte del engaño, aunque siempre lo hacía con una sonrisa en el rostro. Incluso en el juicio de Paris, Hermes intervino como intermediario y ayudó a resolver el conflicto entre las diosas.
Quién es Hermes
Hermes es hijo de Zeus, el jefe supremo de los dioses, y de la encantadora Maya. Pero la historia no es tan sencilla como parece. Resulta que Zeus, siempre tan travieso, se enamoró de Maya mientras ella dormía y de esta inusual unión nació nuestro querido Hermes. Cuenta con hermanos famosos como Apolo, Ares y Dionisio.
Su madre era Maya, una de las Pléyades, hijas del titán Atlas, con Zeus como su padre. Nació en una cueva en el Monte Cilene.
El nombre de Hermes es todo un enigma. Algunos dicen que proviene de «herma», una estatua de piedra que se usaba como señalización. Pero también se le atribuye un significado más profundo, como «intérprete» o «líder de los hombres».
Desde su nacimiento, su ingenio y picardía sobresalían, convirtiéndolo en un ser ladino y versátil. A medida que crecía, demostró ser un dios increíblemente inteligente y versátil. Su astucia y capacidad para moverse rápidamente le valieron el título de mensajero oficial de los dioses. Imagina recibir ese honor siendo tan joven
Desde su inusual origen hasta su brillantez juvenil, Hermes se convirtió en un dios único en su especie. Y su legado como el mensajero de los dioses solo estaba por comenzar. Hermes también desempeñó el papel de psicopompa, el que guía a los muertos a la otra vida en el inframundo de Hades. Hermes era uno de los pocos dioses que podía ir y venir con seguridad entre el inframundo y el mundo de los vivos.
Características de Hermes
Poseedor de varios atributos, Hermes es el protector de viajeros, pastores y ladrones. Su equivalente romano es el dios Mercurio. Por lo general, se le representa como un joven guapo y atlético, imberbe, o como un hombre mayor y barbudo. Sus atributos incluyen el kerykeion («caduceo» en latín), un par de botas aladas, y a veces un sombrero alado y una capa.
Hermes, el chico del Olimpo que rompe esquemas con su estilo desenfadado y su carisma arrollador. Su apariencia, un combo de juventud y elegancia, con cabello alborotado que parece estar siempre en modo perfecto. Sus ojos brillantes y traviesos capturan la atención de todos a su paso. Posee una agilidad suprema, capaz de moverse a velocidades sorprendentes, es como si volara con zapatillas de deporte
Su apariencia no es lo único a abordar de interés público. Hermes tiene habilidades que te dejarían con la boca abierta. Es el maestro de la comunicación y el mensajero por excelencia. Su súper poder: viajar entre los reinos divinos y mortales en un abrir y cerrar de ojos Además, es el ladino inventor de la lira, el instrumento musical que te hace vibrar con su melodía.
Si hablamos de personalidad, Hermes es el chico cool con una sonrisa encantadora. Es ingenioso, divertido y siempre está listo para hacer trastadas. Su picardía es legendaria y su sentido del humor contagioso.
Hermes en la mitología
Hermes sigue el arquetipo del embaucador. A menudo fue retratado como un ser inteligente y carismático, pero también como un mentiroso y un ladrón. Incluso cuando era niño, ya exhibía estas características. Hermes huyó en secreto del Monte Cilene y robó algo de ganado del dios Apolo, disfrazando hábilmente sus huellas. Algunas versiones de los mitos dicen que les puso zapatos en los pies, mientras que otras dicen que hizo que las vacas caminaran hacia atrás.
Hermes sacrificó algunas de las vacas para dárselas a los dioses olímpicos con el fin de ganar su atención y favor. El Himno homérico a Hermes acredita a Hermes como el inventor del fuego durante este sacrificio. Después del sacrificio, Hermes regresó a casa y encontró una tortuga en el camino, que también usó como sacrificio. Usó el intestino de la vaca y el caparazón de tortuga para crear la primera lira.
Fingiendo ignorancia a su madre, convenció a Maya de que no tenía la culpa del robo de las vacas. Zeus intervino y forzó un acuerdo entre los dos dioses. Durante la discusión, Imagínate esta movida épica. Apolo se cabrea a lo grande y exige que le devuelvan su ganado. Ahí es donde entra la reconciliación, amigos. Hermes, con su lengua de oro y una sonrisa encantadora, logra convencer a Apolo de que se calme y que todo sea un malentendido. Hermes comenzó a tocar la lira que había creado. Apolo, cautivado por la música, accedió a permitir que Hermes se quedara con el ganado a cambio del instrumento (Apolo a menudo se representa sosteniendo la lira). Y así, el robo de las vacas se convierte en una anécdota de camaradería divina.
Cuando Hermes creció, a menudo actuaba en ayuda de otros dioses y mortales. Acompañó a Zeus en muchos viajes, ayudándolo durante su lucha con el monstruo Tifón y también liberando a su amante Io del vigilante de Argos Panoptes. En otra ocasión, Hermes salvó a Ares, cuando el dios estaba atrapado en un frasco. También jugó un papel en el plan de regreso de Perséfone del inframundo. Entre los mortales que fueron asistidos por él estaban el rey Príamo de Troya, Perseo y Eneas.
Hermes también tiene su momento estelar en el nacimiento de Dionisio, el dios del vino y la fiesta. Zeus, como buen padre celestial, decide visitar a su amante Sémele. Pero claro, el problema es que una visita divina puede ser muy intensa para una mortal. Aquí entra en acción nuestro Hermes, el mensajero de los dioses. Él lleva el mensaje de Zeus a Sémele y, como resultado de ese encuentro, nace Dionisio, el chico fiestero y amante del vino. Gracias a la intervención de Hermes, el rollo divino pudo fluir sin problemas.
También estuvo entrometido en el juicio de Paris, ese triángulo amoroso divino que hizo temblar a los dioses. Aquí Hermes juega el papel de intermediario, tratando de calmar las aguas entre las diosas. Él escucha las argumentaciones de Afrodita, Hera y Atenea, y como el árbitro más equilibrado del Olimpo, decide que Paris tome la difícil decisión de elegir a la diosa más bella. Hermes, el tipo comprensivo, se asegura de que todo el proceso sea justo y sin trampas. Así es como se resuelve el conflicto de las diosas y se desata una guerra, pero eso es otra historia.
También tuvo tiempo para amoríos habiéndose involucrado con varias diosas y mujeres mortales. Lo más normal en el Panteón, el pan de todos los días. La diosa que más amaba era Afrodita, con quien tuvo dos hijos, Hermafrodito y Príapo. Hermes también fue el padre de Pan, el dios de los pastores y rebaños, que era mitad hombre y mitad cabra.