Vida y obra de Francisco de Goya🕒 Tiempo estimado: 9 minutos de lectura
Francisco de Goya, ese oscuro y brillante señor de las sombras y la luz, cuya brocha narró la turbulencia de una era. Su pincel no solo pintaba, sino que susurraba secretos de una época revuelta, de un alma atormentada y de una sociedad en el umbral de la modernidad. Vamos a sumergirnos en la vida de este genio, desentrañando las capas de pintura para descubrir al hombre detrás del mito.
Vida de Goya
Quién fue Francisco de Goya Francisco José de Goya y Lucientes, conocido universalmente como Francisco de Goya, fue no solo un testigo de su tiempo sino un narrador visual cuyas obras se convirtieron en el espejo y la conciencia de una España convulsa. Nacido en 1746 en Fuendetodos, España, su vida se desplegó en un lienzo de contrastes; desde el rococó hasta el romanticismo, desde la corte hasta el exilio. Pintor de reyes y bufones, de santos y brujas, Goya se convirtió en el Cronista de la irracionalidad humana, un precursor de movimientos que llegarían mucho después de su muerte en 1828.
Primeros años Los primeros trazos de la vida de Goya se pintan en el humilde pueblo de Fuendetodos. Sus primeras pinceladas, bajo la tutela de José Luzán, fueron el preludio de una sinfonía tumultuosa de color, sombra y luz. Pero fue en Italia, donde Goya buscó perfeccionar su arte, donde realmente comenzó a moldear su visión única. Esos años formativos estuvieron marcados por el estudio de los clásicos, pero ya se vislumbraba el deseo de romper con la tradición y explorar los rincones más oscuros de la psique y la sociedad.
Trayectoria profesional La carrera de Goya fue un ascenso constante. Desde un diseñador de tapices para la Real Fábrica hasta convertirse en Pintor de la Corte, Goya se movió en los círculos más exclusivos de su tiempo. Sin embargo, su verdadero genio se revelaba cuando se alejaba de los encargos ornamentales para explorar temas más profundos y oscuros. Las «Pinturas negras», los «Caprichos», «Los desastres de la guerra» son testimonios de una mente inquieta que buscaba entender y retratar las calamidades y la locura de su época.
Sus mayores obras y su significado Hablar de las obras de Goya es hablar de un catálogo de la condición humana. «El 3 de mayo de 1808» no es solo una pintura; es un grito contra la brutalidad de la guerra. Los «Caprichos» y «Los Disparates» son un compendio de la locura y la irracionalidad humanas, mientras que las «Pinturas negras» representan un descenso al tormento personal y al desencanto. Cada obra de Goya es un diálogo con la eternidad, una pregunta lanzada al futuro sobre los misterios y la oscuridad del alma humana.
Evolución de su vida personal La vida de Goya fue tan tumultuosa como su arte. Conocido por su temperamento ardiente y su mente independiente, su vida personal estuvo marcada por tragedias, amores y enfermedades. La sordera, que lo golpeó en la mitad de su vida, lo sumergió aún más en su mundo interior, llevándolo a explorar temas más oscuros y personales. Su relación con la Duquesa de Alba, envuelta en misterio y escándalo, añade un tono de novela a su biografía. Su exilio voluntario a Francia, donde pasó sus últimos años, fue el acto final de un hombre que nunca dejó de buscar, a través del arte, respuestas a los interrogantes de su tiempo.
10 datos interesantes
- Goya fue nombrado «Primer Pintor de Cámara», el más alto rango para un pintor en la corte española.
- Sobrevivió a una grave enfermedad en 1793 que lo dejó completamente sordo, un evento que marcó un cambio significativo en su estilo.
- Los «Caprichos», una serie de 80 grabados, reflejan su visión crítica de la sociedad española de la época.
- Goya tuvo 20 hijos con su esposa Josefa Bayeu, pero solo uno sobrevivió hasta la edad adulta.
- Sus «Pinturas negras» fueron pintadas directamente sobre las paredes de su casa, la Quinta del Sordo.
- Aunque muchas de sus obras eran sombrías, también pintó escenas vibrantes y llenas de vida, como «La maja vestida» y «La maja desnuda».
- Fue amigo de muchos ilustrados y liberales, lo que influyó en sus obras cargadas de crítica social y política.
- Goya se exilió a Francia en 1824, desilusionado con el clima político en España, y allí permaneció hasta su muerte.
- Sus obras han inspirado a numerosos artistas y escritores, desde Édouard Manet hasta Ernest Hemingway.
- Goya es considerado el padre del arte moderno, precursor del impresionismo y el expresionismo.
Preguntas y respuestas
- ¿Cómo afectó la sordera a su obra? La sordera sumergió a Goya en un mundo de introspección y experimentación, llevando su obra hacia temas más oscuros y personales.
- ¿Qué relación tuvo con la Duquesa de Alba? Aunque se especula mucho sobre una relación amorosa, lo cierto es que compartieron una profunda amistad y ella fue modelo para varias de sus obras.
- ¿Por qué son importantes los «Caprichos»? Representan una crítica mordaz de la sociedad de su tiempo, utilizando la sátira para cuestionar la moral, la superstición y la corrupción.
Influencias posteriores
La sombra de Goya se extiende larga y oscura sobre el camino del arte. Su influencia puede verse en los trabajos de muchos artistas posteriores, desde Manet hasta Picasso. Su capacidad para capturar la esencia de la condición humana, su valentía al enfrentar los horrores de su tiempo y su técnica revolucionaria lo convierten en una figura eterna en el mundo del arte. Goya no solo pintó su realidad, sino que nos dejó un legado de preguntas, un desafío a mirar más allá de la superficie y enfrentar nuestras propias sombras.
Francisco de Goya, el hombre que pintó sueños y pesadillas, nos dejó un legado que trasciende el tiempo y el espacio, un legado que sigue provocando, desafiando y cautivando a quienes se atreven a mirar en las profundidades de sus sombras.
Enfermedad y locura
Después de trabajar para José Bonaparte, Goya cayó en desgracia tras la restauración de Fernando VII. En 1815, se retiró de la vida pública. En 1819, sufrió una recaída en una misteriosa enfermedad que ya lo había dejado completamente sordo en 1792. Esta recurrencia, junto con su vida en soledad en la Quinta del Sordo, una casa que había adquirido poco antes, pudo haber contribuido a la intensificación de su imaginación, que se refleja en la decoración de su nueva residencia.
Goya creó catorce murales de gran tamaño en su casa, conocidos en la actualidad como las «Pinturas negras». Estas obras están dominadas por tonos marrones, grises y negros, y tratan temas macabros y aterradores. A lo largo del tiempo, estas pinturas han contribuido al reconocimiento del genio de Goya debido a su originalidad temática y su técnica pictórica caracterizada por pinceladas amplias y sueltas. Estas obras se consideran precursoras de las crónicas fotográficas de guerras posteriores debido a su capacidad para capturar la cruda realidad de los eventos.
La enfermedad y la sordera que Goya experimentó en su vida, junto con los horrores presenciados durante la Guerra de la Independencia Española, transformaron su arte en una expresión de sus pesadillas internas.
A pesar de llegar a los 82 años, una edad excepcional para su época, las condiciones de vida y salud en el siglo XIX eran desafiantes. La enfermedad que lo afectó en 1792, inicialmente diagnosticada como cólicos, lo dejó sordo y causó fuertes dolores de cabeza. Aunque se ha especulado sobre diferentes causas, como crisis psicóticas o sífilis, una hipótesis plausible es que sufrió del síndrome de Susac, una enfermedad autoinmune que se caracteriza por alucinaciones, parálisis y pérdida de audición.
Las secuelas de esta enfermedad incluyeron una sordera total, lo que lo obligó a comunicarse principalmente a través de señas. A pesar de estos desafíos, Goya continuó su carrera artística hasta su muerte en Burdeos en 1828, y su obra sigue siendo relevante y apreciada en la actualidad.
Últimos años de vida
El mismo Francisco de Goya y Lucientes describía los síntomas que experimentaba durante su enfermedad, que incluían zumbidos, alucinaciones acústicas y visuales, así como pérdida de conocimiento. Estos síntomas descartaban la posibilidad de que se tratara de sífilis, ya que esta enfermedad suele llevar a una demencia absoluta que Goya no experimentó a lo largo de sus 82 años de vida.
También se excluyó la posibilidad de que padeciera el síndrome de Cogan, que afecta al laberinto del oído y está relacionado con la percepción del espacio en el mundo. Además, se descartó una posible intoxicación por plomo, ya que esta condición debería haber causado parálisis en las manos, lo cual no ocurrió a pesar de que Goya utilizaba el albayalde, una sustancia a base de plomo, en sus pinturas.
Otra teoría que se ha especulado es la locura maníaco-depresiva, aunque esta posibilidad tampoco se ajusta completamente a los síntomas que experimentó Goya durante su vida.
Según el doctor Montilla, la enfermedad que sufrió el pintor pudo haber sido la malaria, una enfermedad endémica en la zona de Aragón y el delta del Ebro. Goya, al usar corteza de quina como remedio para sus dolores, pudo haberse vuelto adicto a esta sustancia, ya que lo menciona en sus cartas. El exceso de quina es neurotóxico y puede intensificar los efectos negativos de la malaria.
Bajo esta perspectiva, la malaria podría haber afectado gravemente a Goya durante su enfermedad más crítica en 1792, cuando estuvo hospitalizado en Cádiz durante dos meses. Esta enfermedad podría haber sido un factor desencadenante que separó su mundo real de su mundo imaginativo y contribuyó a su expresión artística.
A pesar de las especulaciones, es importante destacar que Francisco de Goya solicitó una licencia al rey en 1824, a la edad de 78 años, para viajar a Francia con la excusa de tomar las aguas de Plombieres. Durante su viaje, hizo paradas en París y Burdeos. Aunque regresó brevemente a Madrid en 1826, solicitó la jubilación y volvió a Francia, donde pasó sus últimos meses rodeado de amigos y familiares. Falleció en Burdeos el 16 de abril, rodeado de seres queridos, y su hijo, Francisco Javier Goya, no llegó a tiempo para verlo con vida.
Doce días después de su muerte, Leocadia, su compañera, escribió a Moratín sobre los últimos días de Goya, describiendo cómo perdió el habla, experimentó parálisis y falleció a las dos de la madrugada del 16 de abril. Su muerte fue tranquila, y según el médico, no experimentó dolor en sus últimas horas.