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Iván el Terrible🕒 Tiempo estimado: 6 minutos de lectura

Iván el Terrible

Iván IV Vasilievich (1530-1584), más conocido como Iván el Terrible, figura como uno de los líderes más infames en la historia. Como el primer zar de Rusia, su nombre quedó grabado en la memoria colectiva debido a su crueldad inigualable.

Aunque su reinado comenzó en relativa paz, pronto se deslizó hacia la tiranía. Su gobierno presenció la declinación de la aristocracia rusa, una clase en la que Iván desconfiaba profundamente, y la instauración de una fuerza policial secreta que perpetró incontables asesinatos en su nombre. Sin embargo, lo que se destaca aún más en su historial es el sangriento asesinato de su propio hijo y heredero, Ivan Ivanovich, en un estallido de ira en el año 1581.

La personalidad contradictoria de Iván el Terrible se caracterizó por una amalgama de agudeza intelectual y devoción religiosa, pero también por una mente propensa a la paranoia y a repentinos estallidos de violencia incontrolable.

10 Datos sobre Iván El Terrible

A continuación, presentaré 10 datos esenciales sobre Iván el Terrible que arrojarán luz sobre su vida y su gobierno:

  1. Infancia Desgarradora: A los tiernos tres años de edad, Iván sufrió la pérdida de su padre, Vasili III, debido a una enfermedad, dejando a su madre, Elena Glinskaya, como regente. Llena de paranoia, Elena insistió en que su hijo estuviera siempre rodeado de guardias armados. Trágicamente, Elena murió el 4 de abril de 1538, posiblemente asesinada, y Iván quedó atrapado en un torbellino de crueldad infligida por los gobernantes que dirigían Rusia. A pesar de vivir en un palacio, Iván se encontró abandonado y en harapos, obligado incluso a mendigar comida. Fue testigo de brutales asesinatos y actos de tortura desde temprana edad, lo que sembró las semillas de su naturaleza sádica, manifestada, por ejemplo, en la tortura de gatos cuando tenía tan solo 12 años.

  2. Inesperado Gobernante: En un giro sorprendente del destino, nadie esperaba que Iván el Terrible llegara al poder. Su mala salud durante la infancia, junto con las discapacidades mentales de su hermano sordo, Yuri Vasilievich, llevaron a la élite gobernante y a los políticos a ignorarlo como un posible heredero al trono, descuidando su bienestar tras la muerte de su madre, Elena.

  3. Victoria sobre Kazán: Cuando Iván fue coronado zar, el kanato de Kazán se erigía como una amenaza al margen de su poder, habitado por una población musulmana-búlgara que él consideraba infieles. Tras campañas infructuosas en 1547 y 1549, Iván encabezó una nueva expedición en 1552. La ciudad cayó el 13 de octubre de ese año, lo que elevó la reputación de Iván como un glorioso vencedor en Rusia.

  4. Creación de la Policía Secreta: Iván estableció la primera policía secreta política en Rusia, conocida como los Oprichniki. Esta temida fuerza estaba compuesta por aproximadamente 6,000 hombres vestidos de negro, montando caballos negros y viajando en carruajes negros para infundir terror. Operando por encima de la ley, cometieron horrendos actos de tortura, violación y asesinato bajo la aprobación de Iván.

  5. Desprecio hacia los Boyardos: La paranoia de Iván creció con los años, alimentada por la pérdida de un hijo pequeño debido a una enfermedad y la creencia de que su amada esposa, Anastasia, fue asesinada por sus enemigos. Su desconfianza hacia su círculo cercano y su creencia de que los boyardos conspiraban en su contra se intensificaron, especialmente cuando se negaron a prestar juramento a su joven hijo Dimitri tras la propagación de rumores sobre su propia muerte.

  6. El Hijo Asesinado: En noviembre de 1581, Iván atacó brutalmente a su nuera embarazada, Yelena Sheremeteva, posiblemente por considerar inmodesta su vestimenta. Su hijo confrontó a Iván, desencadenando una violenta arremetida que culminó con la muerte de su propio vástago a manos del zar. Mientras el joven Iván perecía por sus heridas, el zar lloraba su acto impulsivo: «¡Que me condenen! ¡He matado a mi hijo!».

  7. Fundador de la Imprenta de Moscú: Bajo la dirección de Iván el Terrible en 1553, se estableció la Imprenta de Moscú, la primera editorial en Rusia, ubicada en Kitay-gorod, una zona cultural e histórica de Moscú. Aunque sufrió la devastación de un incendio en 1612, fue reconstruida en 1625 como un complejo de dos pisos con siete tipógrafos y 80 empleados, ubicado en las proximidades del Kremlin. Un segundo incendio en 1634 llevó a otra reconstrucción, esta vez con cámaras de piedra. Además de producir innumerables libros y manuscritos, la Imprenta de Moscú se distinguió por ser la primera en publicar un periódico ruso, llamado Vedomosti.

  8. Arquitecto de la Catedral de San Basilio: En 1561, Iván el Terrible supervisó la construcción de la icónica Catedral de San Basilio, ubicada en la Plaza Roja de Moscú, para conmemorar la conquista de la ciudad de Kazán. Aunque persiste una leyenda que sugiere que Iván mandó cegar al arquitecto Postnik Yakovlev debido a la impresionante belleza del edificio, es probable que sea más un mito que una realidad. Yakovlev continuó diseñando y construyendo otras estructuras, lo que arroja dudas sobre la veracidad de esta historia.

  9. Matrimonios Múltiples: Iván el Terrible contrajo matrimonio en ocho ocasiones, superando en número a Enrique VIII de Inglaterra. Sin embargo, solo cuatro de estos matrimonios fueron reconocidos oficialmente por la Iglesia. Tres de sus esposas supuestamente murieron por envenenamiento o asesinato, aunque no existen pruebas definitivas sobre quiénes fueron los responsables. Es probable que estas acciones mortales hayan sido ejecutadas por enemigos de Iván o familias aristocráticas que buscaban promover a sus hijas como posibles sustitutas.

  10. Creencia en el Derecho Divino a Gobernar: Iván el Terrible era un ferviente seguidor de la ortodoxia cristiana. Si bien promovió ciertas libertades para la Iglesia, siempre que no amenazaran su propia autoridad, defendía con firmeza su derecho al poder como un don divino otorgado por Dios. Esta creencia en el «derecho divino a gobernar» era compartida por varios monarcas europeos de distintas denominaciones en ese período. De manera análoga, los emperadores chinos sostenían que su derecho a gobernar estaba respaldado por un «mandato del cielo».

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