Gladiadoras de la Antigua Roma🕒 Tiempo estimado: 4 minutos de lectura
La figura del gladiador en la antigua Roma se considera tradicionalmente como masculina. Sin embargo, las gladiadoras, conocidas como «gladiatrices», existieron y lucharon en la arena, enfrentándose entre sí o contra bestias salvajes para entretener al público.
Las luchas de gladiadores eran populares y ampliamente difundidas en la antigua Roma, y personas de todas las clases sociales, desde los más humildes hasta el emperador, asistían a ellas. Los gladiadores se categorizaban según sus armas y estilos de combate, y algunos alcanzaban una gran fama.
Las antiguas costumbres romanas valoraban la novedad, la excentricidad y lo escandaloso. Las gladiadoras representaban estas características, ya que eran raras, tenían una apariencia andrógina y diferían radicalmente de la mayoría de las mujeres romanas de la época, que seguían una vestimenta y comportamiento más conservadores. Por lo tanto, durante la República Romana tardía, las gladiadoras se volvieron cada vez más populares, y su presencia a veces se consideraba un signo de alto estatus y gran riqueza por parte de los anfitriones de los juegos.
Origen social de las gladiadoras
En cuanto a su origen social, las gladiadoras generalmente provenían de estratos bajos y tenían una educación formal limitada. La ley romana prohibía que los hombres de la clase senatorial participaran en los juegos, lo que les acarrearía infamia y la pérdida de ciertos derechos legales. Posteriormente, esta prohibición se extendió a las mujeres de ciudadanía romana en el año 19 d.C. Esto significa que la discriminación se basaba principalmente en la clase social más que en el género.
En términos de entrenamiento, no existe evidencia de una escuela formalizada o similar para las gladiadoras. Es posible que algunas hayan recibido formación de tutores privados o en organizaciones juveniles oficiales donde los jóvenes mayores de 14 años podían aprender habilidades consideradas «masculinas», como las artes básicas de la guerra.
Las gladiadoras usaban taparrabos y luchaban con el torso desnudo, empleando las mismas armas, armaduras y escudos que los gladiadores masculinos. Se enfrentaban entre sí, a personas con discapacidades físicas y, ocasionalmente, a jabalíes y leones. Esta apariencia y comportamiento desafiante en la arena chocaba con el papel más tradicional y modesto que las mujeres solían desempeñar en la sociedad romana. Algunos consideraban a las gladiadoras como símbolos de decadencia y corrupción moral, mientras que otros las veían como figuras exóticas y sexualmente excitantes.
Prohibición de las gladiadoras
A partir del año 200 d.C., las actuaciones de gladiadoras fueron prohibidas por considerarse indecorosas. Sin embargo, la existencia de las gladiadoras, aunque poco documentada, muestra cómo la antigua Roma a veces desafiaba las convenciones de género y clase en el ámbito del entretenimiento y el espectáculo.
Lo más destacado es la única representación artística que ha sobrevivido de las gladiadoras, la cual se encuentra en un relieve descubierto en lo que antes se conocía como Halicarnaso, ahora Bodrum en Turquía. En esta representación, se muestran a dos luchadoras conocidas como Amazonia y Achillea, nombres artísticos que utilizaron. El relieve recrea el combate entre la reina amazona Pentesilea y el héroe griego Aquiles.
Ambas mujeres aparecen con la cabeza descubierta y llevan puesta una greba (protección para las espinillas), taparrabos, cinturón, escudo rectangular, daga y manica (protección para los brazos). A sus pies se encuentran dos objetos redondeados que probablemente representan sus cascos desechados. Una inscripción describe su combate como «missio», lo que significa que fueron liberadas. También se menciona que lucharon honorablemente y que el combate terminó en empate.
En última instancia, sabemos poco acerca de las gladiadoras. Sin embargo, lo que sí sabemos nos proporciona una visión de las vidas de las mujeres en la antigua sociedad romana que desafiaron las restricciones de género y, en ocasiones, alcanzaron una fama generalizada.