Charlotte Corday: El Ángel del Asesinato🕒 Tiempo estimado: 3 minutos de lectura
La Revolución Francesa no solo transformó Francia, sino que también cambió radicalmente el panorama político, social y cultural de toda Europa, sacudiendo ideas y prácticas arraigadas desde hacía mucho tiempo. Sin embargo, los revolucionarios estaban lejos de estar unidos en sus objetivos, y rápidamente surgieron tensiones y divisiones entre las diversas facciones.
Charlotte Corday pertenecía a una de las facciones más moderadas de la Revolución y alteró significativamente el curso de los acontecimientos con el asesinato de Jean-Paul Marat, uno de los líderes del grupo radical jacobino. Apodada ‘l’ange de l’assassinat’ (el ángel del asesinato) por sus acciones, desde entonces se ha convertido en una figura legendaria en la historia de la Revolución Francesa.
Pero, ¿quién era exactamente Corday y por qué asesinó a Marat?
Una mujer influyente Nacida en Normandía en el seno de una familia noble de pequeño alcance, Corday fue enviada a un convento en Caen, donde recibió una educación rudimentaria. Esta educación se complementó con la extensa biblioteca de la abadía, que incluía obras de destacadas figuras de la Ilustración, como Rousseau y Voltaire.
Cuando Corday dejó el convento, vivió con su prima en Caen, con quien desarrolló una estrecha relación y finalmente heredó la propiedad de su prima. Cuando la revolución llegó a Francia, Corday tenía 21 años y una mente llena de ideas políticas.
El profesor de Historia Moderna David Andress habla con Dan sobre la Revolución Francesa: sus causas, contexto, significado y las consecuencias más notables. VER AHORA Facciones en conflicto A medida que el fervor revolucionario inicial se extendía por toda Francia, se hizo evidente que había diferentes grados de radicalización dentro de los distintos grupos. Corday simpatizaba con un grupo conocido como los girondinos, quienes tenían una perspectiva relativamente moderada. A pesar de abogar por el fin de la monarquía, los girondinos se oponían a la creciente atmósfera de violencia y terror que los jacobinos habían intensificado.
Los girondinos también creían que la revolución debía propagar sus ideas más allá de las fronteras de Francia y convertirse en un movimiento paneuropeo, lo que les valió el apodo de «partido de la guerra». Hasta 1793, los girondinos eran generalmente considerados como la facción dominante, pero luego fueron purgados del liderazgo, y comenzó el infame «Reinado del Terror» de los jacobinos.
La escalada de violencia, las purgas y las ejecuciones durante el Terror estaban en marcado contraste con los ideales revolucionarios originales de «libertad, igualdad, fraternidad». Corday quedó consternada por este cambio de rumbo. Desesperada por cambiar la dirección que habían tomado los jacobinos, Corday comenzó a planear una acción radical