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Asesinato del Archiduque Franz Ferdinand🕒 Tiempo estimado: 5 minutos de lectura

Franz Ferdinand nació el 18 de diciembre de 1863 en Graz, Austria. Era el sobrino del emperador Francisco José I y, tras la muerte de su primo Rodolfo en 1889 y de su padre Carlos Luis en 1896, se convirtió en el heredero al trono del Imperio Austrohúngaro. Su posición era de una importancia capital en una Europa donde los imperios y las alianzas políticas eran la norma.

El 28 de junio de 1914, el archiduque Francisco Fernando, heredero del trono del Imperio Austro-Húngaro, fue asesinado durante una visita a Sarajevo, la capital de Bosnia.

Ese día ya era significativo. Para el archiduque, marcaba su aniversario de bodas y una rara ocasión en que el emperador le permitiría ser visto en público con su esposa plebeya, Sofía. Pero para muchos serbios bosnios, la visita del archiduque a su país, que había sido formalmente anexado por Austria-Hungría en 1908, era una ocasión mucho menos feliz.

Los conspiradores

La oposición a la anexión austro-húngara había dado lugar a la formación de Joven Bosnia, un movimiento revolucionario predominantemente estudiantil compuesto en su mayoría por serbios bosnios, pero también por bosníacos y croatas bosnios. Fue un grupo dentro de este movimiento el que planeó el asesinato del archiduque.

Mientras Franz y su esposa viajaban por Sarajevo en un coche descapotable, los conspiradores les esperaban. Los dos primeros asesinos potenciales no actuaron, pero el tercero, un hombre llamado Nedeljko Čabrinović, lanzó una bomba al coche. Sin embargo, la bomba no alcanzó su objetivo, rebotando en el capó del coche del archiduque y explotando detrás de él, hiriendo a 20 espectadores.

Posteriormente, Čabrinović intentó suicidarse, primero tomando una pastilla de cianuro que resultó ser un fracaso y luego lanzándose a un río solo para descubrir que tenía solo cuatro pulgadas de profundidad. Luego fue capturado por una multitud enojada y casi golpeado hasta la muerte antes de ser llevado bajo custodia.

Un Hombre de Ideas Propias

Franz Ferdinand era conocido por sus ideas políticas únicas, las cuales a menudo chocaban con las del establishment de Viena. Estaba a favor de una mayor federalización del imperio, lo que habría otorgado más autonomía a las diversas nacionalidades dentro de Austro-Hungría. Esto le ganó tanto admiradores como enemigos en un imperio donde las tensiones nacionalistas estaban al rojo vivo.

El segundo intento de asesinato

El indignado archiduque procedió a una reunión en el ayuntamiento antes de dirigirse a visitar a las víctimas hospitalizadas del ataque de Čabrinović. En ruta al hospital, su conductor tomó un giro equivocado en la calle Franz Josef donde otro de los conspiradores, Gavrilo Princip, estaba sentado en un café.

Princip, un croata de 19 años previamente rechazado para unirse a bandas guerrilleras serbias en la Primera Guerra de los Balcanes debido a su baja estatura, estaba decidido a demostrar su valía. Cuando el coche del archiduque retrocedió en la calle, aprovechó su oportunidad y abrió fuego.

Sofía, que recibió el primer disparo, fue herida en el abdomen, mientras que Franz fue alcanzado en el cuello. Mientras su esposa moribunda lloraba, el archiduque gritó, “No mueras querida, vive por nuestros hijos” – pero poco después ambos estaban muertos.

El resultado

¿Te has detenido alguna vez a reflexionar sobre cómo un único disparo puede alterar el curso de la historia mundial? Esta es la historia del Archiduque Franz Ferdinand de Austria, cuyo destino se fusiona con el estallido de la Primera Guerra Mundial, un conflicto que redibujaría el mapa político del mundo.

Demasiado joven para enfrentar la pena de muerte, Princip fue juzgado por los asesinatos y condenado a 20 años de prisión. Murió en 1918 a causa de una combinación de desnutrición y tuberculosis.

Mientras tanto, aunque el joven de 19 años y sus compañeros conspiradores intentaron desviar la culpa de los asesinatos de Serbia, el asesinato del archiduque fue visto como una provocación por los austro-húngaros. Exactamente un mes después, el imperio declaró la guerra a Serbia.

El Fatídico Día en Sarajevo

El 28 de junio de 1914, Franz Ferdinand y su esposa, Sophie, visitaron Sarajevo, la capital de Bosnia-Herzegovina, una provincia recientemente anexada por Austro-Hungría. Durante su visita, ambos fueron asesinados por Gavrilo Princip, un nacionalista serbio-bosnio miembro de la organización secreta Mano Negra. Este acto no fue solo un asesinato político; fue el detonante de una serie de eventos que desencadenarían la Primera Guerra Mundial.

El Disparo que Cambió el Mundo

El asesinato del archiduque desató una compleja red de alianzas políticas y militares. Austro-Hungría, con el respaldo de Alemania, declaró la guerra a Serbia. Rusia, aliada de Serbia, movilizó sus fuerzas, lo que llevó a Alemania a declarar la guerra a Rusia. Francia, aliada de Rusia, se vio arrastrada al conflicto, y cuando Alemania invadió Bélgica, Gran Bretaña declaró la guerra a Alemania. En un abrir y cerrar de ojos, casi toda Europa estaba en guerra.

Legado e Impacto Histórico

El asesinato de Franz Ferdinand es un ejemplo emblemático de cómo las tensiones nacionalistas y las rivalidades imperiales pueden desembocar en un conflicto de magnitud mundial. Su muerte no solo marcó el comienzo de la Primera Guerra Mundial, sino que también aceleró la desintegración del Imperio Austrohúngaro y cambió para siempre el panorama político de Europa.

En resumen, Franz Ferdinand es una figura central en la historia del siglo XX. Su asesinato en Sarajevo es un momento clave que nos recuerda cómo los actos individuales pueden tener consecuencias globales y duraderas, desencadenando eventos que van mucho más allá de lo imaginable. Su historia es un testimonio de la complejidad de la política europea de la época y un recordatorio sombrío de los peligros de las tensiones nacionalistas y las rivalidades entre grandes potencia.

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