Tregua de Navidad de la Primera Guerra Mundial🕒 Tiempo estimado: 3 minutos de lectura
![](https://academiagratuita.com/educacion/media/Tregua-de-Navidad-de-la-Primera-Guerra-Mundial.jpg)
La Tregua de Navidad en plena Primera Guerra Mundial sorprendió a todos en 1914, en las cercanías de Ypres.
Sabemos bien que la Primera Guerra Mundial, también conocida como «La Gran Guerra», que se libró entre 1914 y 1918, inauguró un tipo de conflicto completamente devastador y mortal, con millones de vidas perdidas, sin parangón en guerras previas. No obstante, existen aspectos de este conflicto que suelen escapar a la atención del gran público. Uno de estos eventos menos conocidos es la llamada «Tregua de Navidad», que tuvo lugar en las trincheras cerca de la ciudad de Ypres, en Bélgica, los días 24 y 25 de diciembre de 1914, cuando soldados alemanes y sus contrapartes británicas y francesas compartieron un inusual respiro en medio de la contienda.
Llegada del invierno
Antes de la Navidad de 1914, la guerra ya había alcanzado a Bélgica y, en particular, a la región de Ypres, donde en noviembre se desató la primera fase de una larga batalla que continuaría en 1915. Tanto las tropas alemanas como las británicas y francesas habían establecido sus posiciones en trincheras cavadas en los alrededores de Ypres. Los enfrentamientos incluían bombardeos, tiroteos y avances territoriales. Esta era la rutina de los combatientes durante noviembre. Sin embargo, en diciembre ocurrió algo inesperado.
El invierno se intensificó en la región y los soldados, a medida que el frío aumentaba, se retiraron a sus posiciones y prácticamente dejaron de combatir. En la víspera de Navidad, desde una trinchera hasta la otra, que estaban separadas por apenas unos metros, algunos soldados comenzaron a celebrar en un ambiente festivo, fumando, bebiendo y compartiendo alimentos, sin temor a ser vistos por el enemigo. Esta actitud, inicialmente aislada, se propagó rápidamente entre todos los presentes en la región, desde los altos mandos hasta los soldados rasos. Finalmente, los soldados empezaron a salir de las trincheras, cruzando la zona de nadie, y se acercaron a las trincheras enemigas para desearles una feliz Navidad a sus adversarios, intercambiando alimentos y cigarrillos.
Existen numerosos testimonios sobre esta tregua. Uno de ellos proviene del Capitán C. I. Stockwell, del Royal Welsh Fusiliers del ejército británico. Stockwell relató: «A las 8:30 a. m. del 26 de diciembre, disparé tres tiros al aire, izando una bandera que decía ‘Feliz Navidad’ y salí de la trinchera. Los alemanes levantaron un cartel que decía ‘Gracias’ y su capitán apareció en la parte superior de su trinchera. Nos saludamos y regresamos a nuestras trincheras. Luego, él disparó dos tiros al aire. La guerra había comenzado de nuevo».
Estos y otros relatos similares nos invitan a reflexionar sobre la psicología de los combatientes de la Primera Guerra Mundial, quienes, en este caso, oscilaban entre cumplir las órdenes de sus superiores y evitar cualquier contacto amistoso con el enemigo, o desobedecer y establecer conexiones humanas en medio del conflicto. Quizás el espíritu navideño, una festividad compartida por las naciones europeas involucradas en la contienda, influyó en la elección de la segunda opción por parte de los soldados.