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Tipos de industrialización🕒 Tiempo estimado: 2 minutos de lectura

La transformación industrial ha reconfigurado significativamente el paisaje geográfico, introduciendo elementos novedosos en la vida cotidiana tanto en zonas urbanas como rurales, elevando la demanda energética y el consumo promedio de la sociedad, y propulsando la urbanización. De esta manera, las industrias emergen como protagonistas cruciales en la redefinición y modificación del espacio.

Históricamente, se han identificado tres modelos industriales principales, reflejo de las distintas experiencias a través de los países y regiones, vinculados estrechamente con el contexto económico y político global. Dichos modelos son: la industrialización clásica, la planificada y la tardía.

La industrialización clásica se distingue en las naciones ahora desarrolladas, marcando su inicio con la Primera Revolución Industrial, siendo Inglaterra el epicentro de este fenómeno, que posteriormente se diseminó a Francia, Estados Unidos y Japón, entre otros. Este modelo trajo consigo desafíos urbanos y sociales, especialmente en lo que respecta a las condiciones de la clase trabajadora. Hoy en día, los países con una historia de industrialización clásica lideran el avance tecnológico y la innovación.

Por otro lado, la industrialización planificada caracterizó a los países del antiguo bloque socialista en el siglo XX, donde la propiedad estatal predominaba sobre la privada, como en la Unión Soviética, China y Cuba. Este modelo promovió un desarrollo industrial estatalmente dirigido, creando una red interdependiente a lo largo del territorio y gestionando de manera más controlada el éxodo rural mediante reformas agrarias.

La industrialización tardía, prevalente en países en desarrollo o emergentes, se ha intensificado principalmente desde la segunda mitad del siglo XX. A diferencia de los modelos anteriores, este se caracteriza por el impulso de actores extranjeros y corporaciones multinacionales, limitando el desarrollo tecnológico interno y profundizando la brecha tecnológica.

Este último modelo ha resultado en una urbanización y éxodo rural acelerados, impulsados por la mecanización agrícola que sustituyó mano de obra por maquinaria. Las consecuencias incluyen el crecimiento desmesurado de ciudades, la aparición de desigualdades sociales marcadas, asentamientos precarios y una serie de problemas socioambientales en el contexto urbano.

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