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Revolución gloriosa🕒 Tiempo estimado: 4 minutos de lectura

La Revolución Gloriosa, acontecida en 1688, representa un hito crucial en la historia de Inglaterra al conducir a la destitución de Jaime II y entronizar a Guillermo de Orange y María Estuardo. Este evento, parte integrante de la Revolución Inglesa, marcó el fin del absolutismo en el país, dando paso a una monarquía constitucional y afianzando el poder de la burguesía.

Para entender la Revolución Gloriosa, es preciso remontarse a la Revolución Puritana o Guerra Civil Inglesa, que culminó con la caída de Carlos I de la dinastía Estuardo. Este conflicto brotó de las tensiones entre el Parlamento, que aspiraba a una monarquía constitucional liberal, y el rey, defensor del absolutismo.

La contienda civil, que se extendió durante la década de 1640, terminó con la ejecución de Carlos I en 1649, dejando a Oliver Cromwell como figura predominante y eventual dictador de la nación bajo el régimen del Commonwealth.

La discordia entre el monarca y el Parlamento giraba en torno a la fiscalidad. Carlos I, buscando incrementar los ingresos reales, chocó con un Parlamento renuente a conceder tales aumentos. Tras disolver el Parlamento en 1629 y gobernar unilateralmente, Carlos I se vio forzado a convocarlo nuevamente en 1640 para financiar su conflicto con Escocia, desencadenando así el enfrentamiento armado y su eventual derrocamiento.

Con la muerte de Cromwell en 1658, y tras un breve mandato de su hijo Richard Cromwell, el poder regresó al Parlamento, que optó por restaurar la monarquía estuarda con Carlos II en 1660. Este retorno solo fue posible bajo la condición de que el rey aceptara limitar sus poderes, marcando una clara postura parlamentaria contra el absolutismo.

A pesar de ello, Carlos II exploró vías para reinstaurar el absolutismo y mostró aperturas hacia el catolicismo, generando fricciones que llevaron a la disolución del Parlamento en 1681, situación que persistió hasta su muerte en 1685. Su sucesor, Jaime II, mantuvo la misma línea de acción, exacerbando los conflictos con el Parlamento.

Significado de la Revolución Gloriosa en la Historia de Inglaterra

La Revolución Gloriosa fue, por tanto, la culminación de un prolongado proceso de luchas políticas y sociales que finalmente consolidó una monarquía constitucional liberal en Inglaterra, sentando las bases para el desarrollo del capitalismo y limitando el retorno del absolutismo

En 1688, Guillermo de Orange encabezó una intervención militar en Inglaterra que provocó la huida de Jaime II, marcando un punto de inflexión en la historia inglesa conocido como la Revolución Gloriosa.

Jaime II, al igual que su predecesor Carlos II, buscó reforzar su poder absoluto y promover el catolicismo, lo cual desató el descontento del Parlamento, que abogaba por una monarquía constitucional parlamentaria y adhería al puritanismo. La llegada de un heredero católico al trono, Jaime Eduardo, intensificó los temores de una dinastía católica en Inglaterra, llevando al Parlamento a buscar el derrocamiento del rey.

En un acto de unión inédito, los partidos Whig y Tory del Parlamento invitaron a María Estuardo, hija de Jaime II, y a su esposo Guillermo de Orange, ambos calvinistas, a liderar la oposición contra el monarca. Aceptando la invitación, Guillermo desembarcó en Inglaterra en 1688, forzando a Jaime II a exiliarse en Francia después de que sus propias fuerzas le abandonaran. La sucesión de María Estuardo y Guillermo de Orange al trono se efectuó de manera «pacífica», sin derramamiento de sangre, dando a este cambio de poder el nombre de Revolución Gloriosa.

La Revolución Gloriosa se destaca como un evento crucial tanto para Inglaterra como para el mundo, al ser considerada la primera revolución burguesa de la historia, sentando las bases para el combate a los privilegios feudales y el absolutismo, y facilitando el desarrollo económico de la burguesía. Este movimiento preludió otras revoluciones burguesas, como la Francesa.

La instauración de una monarquía constitucional parlamentaria se formalizó con la Declaración de Derechos en 1689, a la cual Guillermo y María tuvieron que adherirse antes de su coronación. Este documento legal estableció las bases para evitar el retorno del absolutismo, limitando el poder real en aspectos como la fiscalidad, la sucesión al trono, el comercio, la libertad de expresión y la propiedad privada.

La significación de la Revolución Gloriosa trasciende su contexto histórico, ya que facilitó el desarrollo burgués y el avance tecnológico y científico, elementos clave para que Inglaterra liderara la Revolución Industrial y se consolidara como la principal potencia industrial y comercial del siglo XIX.

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