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Resistencia soviética al nazismo🕒 Tiempo estimado: 3 minutos de lectura

En 1941, la Alemania Nazi lanzó una de sus mayores ofensivas militares contra la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), conocida como la «Operación Barbarroja». Esta invasión fue planificada desde 1940, cuando Hitler firmó la «Directiva 21». Sin embargo, antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial en Europa, Alemania y la URSS habían firmado un pacto de no agresión, el Pacto Germano-Soviético o Pacto Ribbentrop-Mólotov, en 1939. Con su plan de invasión, Alemania rompió este pacto. ¿Por qué ocurrió esto?

Según el historiador Silvio Pons, en su obra «La revolución global: historia del comunismo internacional», los protocolos secretos del pacto preveían la división de Polonia entre Alemania y la URSS, así como una zona de influencia soviética sobre la región del Báltico. Sin embargo, tanto Alemania como la URSS tenían proyectos expansionistas, y las acciones militares nazis aceleraron la expansión alemana, invadiendo Polonia en 1939 y desencadenando la Segunda Guerra Mundial. En 1941, Alemania invadió la URSS, rompiendo el pacto mencionado.

Avances soviéticos

El 22 de junio de 1941, Alemania inició una extensa campaña contra los dominios de Stalin, sin previo aviso a sus aliados japoneses e italianos, movilizando aproximadamente 150 divisiones del Ejército, junto con un gran número de tanques y cañones. Dos tercios de la Luftwaffe, con un total de 2.770 aviones, estaban preparados en varios aeropuertos recién construidos.

En menos de un mes, los nazis avanzaron unos 800 km dentro del territorio soviético. La respuesta inicial del alto mando comunista y del Ejército Rojo fue limitada debido a la potencia del ataque nazi. Sin embargo, Stalin ordenó la estrategia de la «tierra quemada», instando a la población a resistir a cualquier costo y, si fuera necesario, destruir cualquier recurso que pudiera ser útil para las tropas nazis.

A pesar de las acciones de contención y la estrategia de la «tierra quemada», los nazis continuaron avanzando, sitiendo ciudades importantes como Stalingrado. El primer revés significativo para los nazis en suelo soviético ocurrió en 1941, enfrentando tanto la resistencia de la población como las duras condiciones invernales. Cuando los alemanes se acercaron a Moscú, se encontraron con obstáculos construidos por la población y carreteras transformadas en pantanos por las lluvias, seguidas de un descenso brusco de temperatura que paralizó a los vehículos alemanes. Los tanques soviéticos T-34 lanzaron un gran contraataque, obligando a los nazis a retroceder más de 400 km y rompiendo el mito de la invencibilidad alemana.

Entre 1942 y 1943, las batallas en la URSS continuaron, con las tropas alemanas sufriendo bajas y perdiendo equipamiento, mientras el Ejército Rojo se rearmaba y preparaba una contraofensiva. El año 1944 marcó la alianza entre las potencias occidentales y la URSS contra el Eje, liderado por Alemania.

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