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Química: Elemento Radio🕒 Tiempo estimado: 9 minutos de lectura

Química elemento radio

El radio, representado por el símbolo Ra y con un número atómico de 88, es el metal alcalinotérreo más pesado conocido hasta la fecha. Es altamente radiactivo y, por lo tanto, posee un alto grado de peligrosidad. El radio se encuentra en minerales de torio y uranio, ya que se genera durante el proceso de desintegración de estos elementos. Su isótopo más estable es el radio-226, que tiene una vida media de 1599 años.

El descubrimiento del radio se debe a la famosa pareja de científicos Pierre y Marie Curie, quienes llevaron a cabo investigaciones pioneras en el campo de la radiactividad a principios del siglo XX. Sus estudios sobre este elemento impulsaron significativamente la comprensión de la radiactividad, lo que llevó a que Pierre recibiera el Premio Nobel en 1903 y a que Marie fuera galardonada con dos Premios Nobel, uno en 1903 y otro en 1911. Actualmente, el radio se utiliza en medicina para el tratamiento de ciertos tipos de cáncer y también se emplea en la obtención de una aleación de metal conocida como berilio-radio.

Propiedades del radio:

  • Símbolo: Ra
  • Número atómico: 88
  • Masa atómica: 226.025 u
  • Electronegatividad: 0.89
  • Punto de fusión: 696°C
  • Punto de ebullición: 1140°C
  • Densidad: 5.0 g/cm³
  • Configuración electrónica: [Rn] 7s²
  • Serie química: Grupo 2, metales alcalinotérreos

El radio es el elemento más pesado dentro de los metales alcalinotérreos y tiene la particularidad de que en su forma metálica es de color blanco brillante, pero tiende a oscurecerse rápidamente al entrar en contacto con el aire debido a la formación de nitruro de radio (Ra₃N₂) por oxidación. Este elemento y sus compuestos exhiben luminiscencia, lo que significa que emiten luz cuando se estimulan de alguna manera, como por radiación electromagnética.

En términos de radiactividad, el radio emite comúnmente partículas alfa, partículas beta y rayos gamma. Cuando se combina con berilio, también puede producir neutrones. Un gramo de radio es capaz de generar 3.7 x 10¹⁰ desintegraciones por segundo, lo que define la antigua unidad Curie (Ci) de radiactividad, hoy reemplazada por el Becquerel (Bq).

Obtención del radio:

Los isótopos naturales de radio se encuentran en minerales de uranio y torio. Para obtener radio, se lleva a cabo un proceso de procesamiento de estos minerales que involucra etapas de enriquecimiento, con el fin de eliminar impurezas y aumentar la concentración de los elementos deseados. Luego, se procede a la lixiviación, que puede ser ácida o básica, para solubilizar el radio y el bario. Los precipitados resultantes, formados por radio y bario, se reducen a sulfuros mediante carbono y luego se disuelven en agua, lo que facilita la separación de los demás elementos que forman sulfuros insolubles.

Finalmente, se obtiene un compuesto de radio a través de la técnica de cristalización fraccionada, que permite aislar el cloruro de radio. El bario metálico se obtiene mediante electrólisis.

Aplicaciones del radio:

El radio, a pesar de estar altamente controlado debido a sus riesgos de radiación, aún tiene algunas aplicaciones importantes en la actualidad:

  1. Tratamiento del cáncer: Aunque ha perdido terreno frente a isótopos más seguros como el Cobalto-60, el radio todavía se utiliza para tratar ciertos tipos de cáncer, como el cáncer de próstata cuando se ha diseminado a los huesos. Esto se debe a que el radio puede imitar la función del calcio y reemplazarlo en la estructura ósea, emitiendo partículas alfa cuya energía es suficiente para destruir las células cancerosas.
  2. Pinturas luminiscentes: El radio se utiliza en la producción de pinturas luminiscentes que emiten luz en la oscuridad. Esta propiedad se debe a la radiactividad del radio, que estimula la luminiscencia de la pintura.
  3. Fuente de neutrones: El radio se utiliza como fuente de neutrones, principalmente en forma de aleación con berilio. Esta aleación, conocida como radio-berilio, tiene aplicaciones en la prospección geofísica de petróleo.

Precauciones con el radio:

El radio pierde su actividad radiactiva con el tiempo, desintegrándose en elementos más ligeros. El plomo es el último elemento en la cadena de desintegración del radio y es estable. Por lo tanto, el radio debe almacenarse en áreas bien ventiladas para evitar la formación de radón, un gas radiactivo. La exposición al radio en cualquiera de sus formas puede provocar cáncer y otras enfermedades.

La cantidad máxima de radio-226 permitida en el cuerpo humano es de 7400 becquerelios, que corresponden a 7400 desintegraciones por segundo. Sin embargo, un gramo de radio es capaz de producir 3.7 x 10¹⁰ desintegraciones por segundo, lo que indica que se trata de un elemento extremadamente peligroso.

Historia del radio:

El radio, un elemento químico que forma parte de la tabla periódica bajo el símbolo Ra y el número atómico 88, es una sustancia que despierta una curiosidad única debido a sus propiedades radiactivas y su historia en la ciencia y la medicina. En este viaje, exploraremos el mundo del radio y descubriremos sus características, aplicaciones y su papel en la historia de la química y la medicina.

La historia del radio está estrechamente relacionada con los científicos Pierre y Marie Curie. Estos investigadores descubrieron que ciertos minerales de uranio, como la pechblenda y la calcolita, eran más radiactivos que el uranio puro. Sospechando la existencia de otro elemento en estos minerales, los Curie trabajaron arduamente para aislarlo.

En 1899, lograron aislar el cloruro de radio a partir de una tonelada de desechos de pechblenda. Este cristal de cloruro de radio era unas 2000 veces más radiactivo que el uranio y emitía una luz verde brillante en la oscuridad.

Marie Curie continuó sus investigaciones después de la muerte de Pierre en 1906. En 1910, junto con André-Louis Debierne, logró aislar una muestra de radio metálico mediante electrólisis.

Pierre y Marie Curie recibieron el Premio Nobel de Física en 1903 por su descubrimiento de la radiactividad, y Marie Curie recibió otro Premio Nobel en Química en 1911 por el descubrimiento de los elementos radio y polonio. Marie Curie es la única persona que ha obtenido dos Premios Nobel en diferentes áreas científicas.

El radio se convirtió en un elemento muy codiciado en la sociedad del siglo XX debido a la creencia de que su desintegración generaba una fuente infinita de energía. Se incorporó en una amplia variedad de productos, desde alimentos hasta productos de belleza, lo que provocó riesgos significativos para la salud pública. Su precio alcanzó niveles extraordinarios, lo que incluso impidió a Marie Curie obtenerlo para sus propias investigaciones. El radio también se utilizó en pinturas luminiscentes y en la fabricación de relojes, y las personas que trabajaban con estas sustancias a menudo resultaron expuestas a altos niveles de radiación.

No tardaron en surgir problemas entre ellos: anemia severa, pérdida de dientes, cáncer de huesos e incluso la muerte. Por mucho que se quejaran, durante mucho tiempo las trabajadoras (conocidas como Chicas de Radio) quedaron desprestigiadas. En 1927, demandaron a los fabricantes, lo que, por mucho que intentaron resolverlo discretamente, culminó con la caída de la popularidad de la radio. De hecho, en aquel momento, los científicos ya advertían sobre el uso indiscriminado del elemento.

Descubrimiento del Radio

El radio fue descubierto por Pierre y Marie Curie en 1898. Los Curies estaban investigando los componentes radiactivos de la pechblenda, un mineral de uranio, cuando aislaron una sustancia que emitía una radiación mucho más intensa que el uranio. Esta sustancia se llamó «radio» en honor a su intensa radiactividad.

Propiedades Radiactivas del Radio

El radio es conocido por ser extremadamente radiactivo. Esto significa que sus núcleos atómicos son inestables y tienden a descomponerse espontáneamente, emitiendo partículas alfa, beta y gamma en el proceso. Esta radiación puede ser peligrosa para la salud humana y debe manejarse con extrema precaución.

Aplicaciones en la Historia de la Medicina

A pesar de su peligrosidad, el radio tuvo un papel significativo en la medicina a principios del siglo XX. Se utilizó en tratamientos de radioterapia para combatir el cáncer y otras enfermedades. Marie Curie, quien investigó profundamente el radio, fue pionera en su uso médico y ganó dos Premios Nobel, uno en Física (1903) y otro en Química (1911), por sus contribuciones a la radiactividad.

El Declive de las Aplicaciones Médicas del Radio

Con el tiempo, se descubrió que la exposición prolongada al radio y otros elementos radiactivos tenía efectos dañinos en la salud de los pacientes y los trabajadores de la salud. Esto llevó a la disminución de su uso en medicina y a la adopción de métodos más seguros para el tratamiento del cáncer, como la radioterapia moderna.

Curiosidades sobre el Radio

  1. El radio tiene un brillo característico que se debe a la radiación alfa que emite. Este brillo fue utilizado en relojes y otros dispositivos antes de conocer sus riesgos para la salud.
  2. Durante la Primera Guerra Mundial, se usaron relojes radiactivos con pintura de radio en el dial para que fueran visibles en la oscuridad. Las personas que trabajaron con esta pintura, conocidas como «chicas del radio», sufrieron graves problemas de salud debido a la exposición a la radiación.
  3. El radio-226, una forma de radio, es uno de los productos de descomposición del uranio-238 y todavía se utiliza en dispositivos de medición de densidad y nivel.

El Legado del Radio en la Química y la Medicina

En resumen, el radio es un elemento químico con una historia intrigante en la química y la medicina. A pesar de sus propiedades radiactivas, desempeñó un papel importante en los primeros tratamientos de radioterapia y contribuyó al conocimiento científico sobre la radiactividad. Su historia también es un recordatorio de la importancia de la seguridad en el manejo de sustancias radiactivas y cómo la ciencia avanza con la comprensión de los riesgos asociados. El radio sigue siendo un elemento intrigante en la tabla periódica, recordándonos el fascinante mundo de la química y la física nuclear

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