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Propiedades aperiódicas🕒 Tiempo estimado: 4 minutos de lectura

El desarrollo de la química como ciencia avanzó significativamente con la comprensión de la estructura atómica. Este conocimiento ha permitido entender la composición de la materia, prever comportamientos de materiales, manejar la radiactividad y producir bienes de interés.

Para llegar a la concepción moderna de la estructura atómica, fue crucial el pensamiento filosófico inicial, que propuso teorías sobre la materia sin posibilidad de verificación empírica en su momento. Entre estos pensadores, destacan los filósofos griegos Demócrito y Leucipo, quienes alrededor del 450 a.C., sugirieron que todo estaba formado por partículas diminutas e indivisibles denominadas átomos, palabra que en griego significa “indivisible”.

Sin embargo, sus teorías no fueron ampliamente aceptadas en su tiempo, siendo suplantadas por otras, como las de Aristóteles, que dominaron durante siglos.

No fue hasta el siglo XIX cuando la teoría atómica resurgió, gracias a la capacidad de los científicos de validar sus hipótesis mediante la experimentación.

Aportes científicos a la teoría atómica

Diversos científicos han contribuido al entendimiento del átomo, desarrollando modelos que, aunque no exactos, explican adecuadamente su comportamiento y propiedades. Estos modelos incluyen:

  1. Modelo de Dalton: John Dalton retomó las ideas atomistas y, apoyándose en leyes experimentales, propuso que el átomo era una esfera sólida e indivisible.
  2. Modelo de Thomson: Joseph John Thomson, al investigar los rayos catódicos, descubrió los electrones, sugiriendo un átomo que contenía cargas negativas en una masa de carga positiva, llevando a su modelo del «pudín de ciruelas».
  3. Modelo de Rutherford: Ernest Rutherford, mediante experimentos de dispersión de partículas alfa, propuso un átomo con un núcleo denso y positivo rodeado por espacio vacío.

Cada modelo representó un escalón hacia un conocimiento más profundo del átomo, facilitando el camino hacia descubrimientos futuros y una comprensión más completa de la química.

Las propiedades aperiódicas son aquellas que varían de manera continua en función del número atómico, es decir, aumentan o disminuyen conforme a este número pero sin seguir un patrón que se repita a intervalos fijos. Este tipo de propiedades contrasta con las propiedades periódicas, las cuales sí exhiben cambios regulares y predecibles a medida que el número atómico varía. Entre las características aperiódicas más destacadas encontramos la masa atómica, que representa el peso de un átomo y se mide en unidades de masa atómica, incrementándose con el número atómico en la Tabla Periódica sin seguir la agrupación por periodos o grupos.

Otra propiedad relevante es el calor específico, definido como la cantidad de energía térmica necesaria para elevar la temperatura de un gramo de una sustancia en un grado Celsius, sin que esta cambie de estado. En los elementos sólidos, esta propiedad tiende a disminuir a medida que el número atómico crece. La dureza, por otro lado, alude a la resistencia de un material sólido a ser rayado o perforado, y se observa que aumenta junto con el número atómico. Finalmente, el índice de refracción, que indica cómo la luz se desacelera o cambia de dirección al pasar de un medio a otro, suele ser mayor en elementos con números atómicos elevados.

Comparando, las diferencias entre propiedades periódicas y aperiódicas radican en su modo de variación en relación al número atómico: mientras las primeras cambian siguiendo un ritmo constante y previsible, las segundas lo hacen de forma continua y sin patrones fijos. Este conocimiento nos permite profundizar en la comprensión de los elementos químicos y sus comportamientos únicos, ampliando nuestra visión sobre la complejidad de la materia y sus múltiples manifestaciones.

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