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Operación Barbarroja🕒 Tiempo estimado: 3 minutos de lectura

La Operación Barbarroja fue la ofensiva militar ejecutada por la Wehrmacht (Fuerzas Armadas alemanas) contra la Unión Soviética, desde el 22 de junio hasta el 5 de diciembre de 1941. Bajo el mando del general Franz Halder, esta operación fue nombrada en honor al emperador del Sacro Imperio Romano-Germánico del siglo XII, Federico I Barbarroja.

Ruptura del Pacto de No Agresión Germano-Soviético

La agresión nazi contra la Unión Soviética en 1941 se entiende mejor al recordar el pacto de no agresión firmado entre Stalin y Hitler dos años antes, el 23 de agosto de 1939, conocido como el Pacto Germano-Soviético (o Ribbentrop-Mólotov). Este acuerdo buscaba evitar un enfrentamiento directo entre ambas potencias en caso de reacciones de las potencias occidentales a las maniobras militares alemanas en Polonia. Sin embargo, el pacto se vio comprometido por la alianza alemana con Japón, que amenazaba a la URSS en el frente oriental, y por los planes expansionistas de ambas naciones en Europa. Los nazis, en particular, aspiraban a convertir Europa del Este en un granero para el Reich, esclavizando a la población eslava y destruyendo la infraestructura industrial soviética.

Desarrollo de la Operación

Coordinada por el general Franz Halder, la estrategia de ataque se dividió geográficamente: al norte, las tropas del mariscal Ritter von Leeb avanzarían hacia Leningrado; en el centro, hacia Moscú, se movilizaron las fuerzas del mariscal Fedor von Bock; y el sur quedó a cargo del mariscal Gerd von Rundstedt, con el objetivo de capturar Kiev, la capital de Ucrania.

La operación implicó la movilización de unos 4,5 millones de soldados alemanes, tomando por sorpresa a la URSS y ocupando extensas áreas de su territorio. La defensa soviética se concentró en las proximidades de Moscú y Stalingrado, dando lugar a prolongados enfrentamientos que impidieron que la operación alcanzara su objetivo final. Este conflicto desembocó en eventos posteriores como la sangrienta Batalla de Stalingrado, iniciada en 1942.

Las Consecuencias de la Operación

Entre las repercusiones más graves del enfrentamiento en el frente oriental se destacan: 1) la imposición de hambruna a los habitantes de Kiev, obligados a entregar sus suministros a las tropas alemanas, una táctica previamente utilizada por la URSS contra su propia población rural en los años 30; y 2) el exterminio mediante fusilamiento de judíos soviéticos y polacos, ejecutado por los Einsatzgruppen, como destaca el historiador Antony Beevor. Este último acto es referido por algunos autores como la «Shoa por balas», utilizando el término hebreo «Shoa» para referirse al holocausto.

Estos eventos subrayan la brutalidad y las trágicas consecuencias de la Operación Barbarroja, marcando un punto de inflexión en la Segunda Guerra Mundial y dejando una huella imborrable en la historia del siglo XX.

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