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Mercurio (metal)🕒 Tiempo estimado: 6 minutos de lectura

El mercurio, con símbolo Hg y número atómico 80, se distingue por ser el único metal líquido a temperatura ambiente, exhibiendo un brillante color blanco plateado. Este elemento, perteneciente al grupo 12 de la Tabla Periódica, es notorio por su elevada densidad y por ser extremadamente tóxico, especialmente en sus formas orgánicas como el metilmercurio, capaz de bioacumularse en los seres vivos y causar graves daños a la salud.

Actualmente, el uso del mercurio ha sido limitado debido a su toxicidad, aunque todavía se emplea en la producción de lámparas fluorescentes, baterías, ciertos medicamentos, fungicidas y en la manufactura de PVC.

Resumen sobre el Mercurio

  • Elemento Químico: Mercurio (Hg)
  • Número Atómico: 80
  • Grupo: 12 de la Tabla Periódica
  • Estado: Líquido a temperatura ambiente
  • Características: Alta toxicidad, especialmente en compuestos orgánicos como el metilmercurio
  • Aplicaciones: Lámparas fluorescentes, amalgamas para la extracción de oro, producción de PVC, entre otros
  • Riesgos: Contaminación mercurial puede causar severos daños intestinales y neurológicos

Propiedades Físicas y Químicas del Mercurio

  • Masa Atómica: 200.592 u
  • Configuración Electrónica: [Xe] 4f14 5d10 6s2
  • Punto de Fusión: -38,83 °C
  • Punto de Ebullición: 356,73 °C
  • Densidad: 13,546 g/cm³ a 20 °C
  • Electronegatividad: 1,9 según la escala de Pauling

Datos Relevantes

  • Historia: Conocido desde al menos 1500 a.C. en Egipto y Oriente
  • Formas: Puede presentarse en estado metálico (elemental) y en compuestos orgánicos e inorgánicos
  • Toxicidad: El mercurio es altamente tóxico, pudiendo contaminar a través de la inhalación de vapores, ingestión de compuestos mercuriales o absorción cutánea
  • Isótopos: Existen siete isótopos estables, siendo el Hg-202 el más abundante

El mercurio y sus compuestos presentan un riesgo significativo para la salud y el medio ambiente debido a su capacidad para bioacumularse y biomagnificarse a lo largo de las cadenas tróficas. La conciencia sobre sus peligros ha llevado a una reducción en su uso y a la búsqueda de alternativas más seguras en diversas aplicaciones industriales y médicas.

El mercurio, presente en la corteza terrestre con una concentración media de 0,08 gramos por tonelada de roca, se extrae principalmente del cinabrio (HgS), un mineral que constituye alrededor del 86% de mercurio. Este mineral, que se puede hallar en estado puro o asociado a elementos como el antimonio, oro, hierro y zinc, se localiza en depósitos pequeños e irregulares, dificultando su extracción a gran escala.

Localización y Extracción del Mercurio

El mercurio también se encuentra en estado nativo en regiones volcánicas o de aguas termales, y en aleaciones metálicas raras con plata, paladio y oro. China domina casi el 90% de la reserva global de mercurio, obteniéndolo frecuentemente como subproducto de la minería de oro. Otras fuentes importantes incluyen Chile, Kirguistán, España, Eslovenia, Italia, Perú y Estados Unidos.

Proceso de Obtención

Para extraer mercurio, se aprovecha su propiedad de volatilizarse a temperaturas relativamente bajas. Tradicionalmente, se calienta cinabrio en presencia de aire a unos 700 °C, liberando mercurio en forma de vapor y dióxido de azufre. Sin oxígeno, el cinabrio se descompone a 740 °C, liberando mercurio y azufre líquido. El vapor de mercurio se condensa posteriormente, obteniendo mercurio puro. Sin embargo, por la toxicidad del proceso, se han buscado métodos más seguros como la solubilización del cinabrio en solución de hipoclorito de sodio, recuperando el mercurio por precipitación o electrólisis.

Usos del Mercurio

A pesar de su conocida toxicidad, el mercurio ha tenido diversas aplicaciones, desde termómetros y barómetros hasta amalgamas dentales y extracción de metales preciosos. Sin embargo, la venta de termómetros de mercurio ha sido prohibida en Brasil desde 2019 por riesgos de contaminación. Actualmente, el mercurio también se utiliza en interruptores eléctricos, lámparas fluorescentes, fungicidas agrícolas y en la síntesis de ciertos medicamentos.

Precauciones y Regulaciones

La manipulación de mercurio y sus compuestos debe realizarse con extrema precaución debido a su potencial tóxico, siendo esencial el manejo adecuado de residuos que contienen mercurio para prevenir la contaminación ambiental y los riesgos para la salud humana.

El mercurio es un elemento altamente tóxico que requiere manipulación cuidadosa. Sus vapores pueden ser absorbidos completamente por los pulmones, cruzan las membranas celulares con facilidad y pueden afectar el sistema nervioso central. Las sales inorgánicas de mercurio se introducen en el torrente sanguíneo en un 10-15%, mientras que los compuestos orgánicos de mercurio son completamente absorbidos por el sistema digestivo debido a su liposolubilidad, afectando varios órganos y traspasando las barreras hematoencefálica y placentaria, causando efectos neurológicos y teratogénicos.

Contaminación por Mercurio

La principal vía de contaminación humana por mercurio es a través del consumo de alimentos contaminados, especialmente pescados y mariscos de áreas afectadas por este metal. La contaminación puede ser ambiental, derivada del consumo de productos contaminados, o ocupacional, por la exposición en ciertas industrias.

Los efectos del mercurio en el cuerpo varían según la forma de exposición y la concentración, incluyendo debilidad, anemia, desnutrición, náuseas, problemas respiratorios, daños renales, trastornos cardiovasculares y nerviosos, entre otros.

Historia del Mercurio

El uso del mercurio data del año 1500 a.C., pero fue hasta el siglo IV a.C. que se describió su minería y extracción a través de la destilación del cinabrio. En el siglo II a.C., alquimistas chinos intentaron utilizar mercurio para convertir metales comunes en oro, atribuyéndole también propiedades curativas.

Durante el siglo XVII, el mercurio se empezó a utilizar en la creación de instrumentos científicos como termómetros y barómetros, además de tener aplicaciones en la electricidad y química. Aunque inicialmente estos usos generaban contaminación, avances tecnológicos posteriores permitieron reducir la emisión de mercurio y minimizar los riesgos para la salud.

En el siglo XIX, el cinabrio se empleó como pigmento rojo intenso, y fue durante el siglo XX cuando se comenzó a regular el uso industrial del mercurio para prevenir la contaminación ambiental y los riesgos para la salud.

Desastres ambientales como el ocurrido en Minamata, Japón, en 1956, debido a la contaminación por metilmercurio, y los impactos de la minería ilegal de oro, han evidenciado la necesidad de un manejo cuidadoso y regulaciones estrictas en el uso del mercurio para proteger tanto la salud humana como el medio ambiente.

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