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Los solsticios y los equinoccios🕒 Tiempo estimado: 2 minutos de lectura

Los solsticios y los equinoccios son fenómenos astronómicos que marcan el inicio de las estaciones a lo largo del año, derivados del movimiento aparente del Sol y su incidencia sobre los hemisferios terrestres.

El solsticio se produce dos veces al año y señala el inicio del verano y del invierno. En el hemisferio norte, el verano comienza en junio y el invierno en diciembre; la situación es inversa en el hemisferio sur, donde el verano inicia en diciembre y el invierno en junio.

Por otro lado, el equinoccio también ocurre dos veces al año, marcando el comienzo de la primavera y el otoño. En el hemisferio norte, la primavera arranca en marzo y el otoño en septiembre; en el hemisferio sur, la primavera empieza en septiembre y el otoño en marzo.

Diferencias clave entre solsticios y equinoccios

El solsticio representa el punto en el cual el Sol alcanza su mayor o menor declinación latitudinal con respecto al ecuador, lo que resulta en el día más largo del año durante el solsticio de verano y la noche más larga durante el solsticio de invierno. Durante el solsticio de verano, el Sol se posiciona directamente sobre el Trópico de Cáncer o el Trópico de Capricornio, dependiendo del hemisferio.

El equinoccio, en cambio, ocurre cuando el Sol se sitúa directamente sobre el ecuador, resultando en días y noches de igual duración en ambos hemisferios.

Solsticios, equinoccios y las estaciones

El movimiento de traslación de la Tierra alrededor del Sol, que dura unos 365 días, y la inclinación axial del planeta, son los responsables de las variaciones estacionales. Estas no suceden de manera simultánea en ambos hemisferios debido a la diferente exposición solar provocada por la inclinación de la Tierra.

Relación entre rotación y traslación

La rotación terrestre, que se completa cada 24 horas, es responsable del ciclo de día y noche, mientras que la traslación, con una duración de aproximadamente 365 días, determina las estaciones del año. Durante el movimiento de traslación, la inclinación de la Tierra respecto al Sol varía, causando que los rayos solares incidan de manera desigual sobre los hemisferios y dando lugar a las estaciones, definidas por los solsticios y los equinoccios.

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