Historia de América: Pueblos precolombinos🕒 Tiempo estimado: 10 minutos de lectura

Los pueblos precolombinos, que poblaron América antes de la llegada de los conquistadores españoles, dejaron un legado cultural y civilizatorio impresionante. Entre las civilizaciones más destacadas en Mesoamérica se encuentran los olmecas, teotihuacanos y zapotecas, cuyas contribuciones abarcaron desde aspectos culturales hasta religiosos.
Los mayas, conocidos por sus avances en astronomía y arquitectura, sobresalieron por su sofisticación. En el Valle de México, los aztecas edificaron una compleja sociedad, enfocada en la agricultura y una religiosidad rica en significados. En Sudamérica, los incas erigieron el vasto Imperio Tahuantinsuyo, distinguiéndose por su sociedad bien estructurada y una economía basada en la agricultura de terrazas.
Estas civilizaciones se establecieron en distintas regiones geográficas, pero compartieron rasgos fundamentales como economías agrícolas, desarrollos artísticos y científicos, sociedades jerárquicas y sistemas religiosos intrincados. El ocaso de estas culturas estuvo marcado por la llegada de los europeos, conflictos internos, enfermedades introducidas por los colonizadores y trastornos sociales, que llevaron al declive de estas ricas y complejas culturas.
Ubicación de los Pueblos Precolombinos
- Los mayas se ubicaron principalmente en la Península de Yucatán, el sur de México, Guatemala, Honduras y Belice.
- Los aztecas se asentaron en la región central de México, con Tenochtitlán como su capital en el lago de Texcoco.
- Los incas dominaron una vasta área desde Ecuador hasta Chile, con Cusco como su capital.
Principales Características de los Pueblos Precolombinos
- Economía: Los mayas practicaron una agricultura intensiva, cultivando maíz, frijol, aguacate y cacao. Los aztecas desarrollaron chinampas y un sistema de trueque, mientras que los incas implementaron la agricultura en terrazas y técnicas de riego avanzadas.
- Cultura: Los mayas se destacaron en artes, arquitectura y sistemas matemáticos y calendarios. Los aztecas eran hábiles en cerámica, textiles y escultura, mientras que los incas crearon arte influenciado por su religión.
- Sociedad: Todas estas sociedades eran estratificadas, con jerarquías definidas de nobles, sacerdotes, comerciantes y agricultores, y limitada movilidad social.
- Religión: La religión desempeñó un papel fundamental, con los mayas adorando dioses relacionados con el Sol, la Luna y las fuerzas naturales; los aztecas practicando sacrificios humanos, y los incas venerando al dios Sol, Inti, entre otros.
Resumen sobre los pueblos precolombinos
- Los pueblos precolombinos habitaban América antes del arribo de Colón.
- Se asentaron en diversas regiones geográficas, cada una con particularidades únicas.
- Mesoamérica fue cuna de civilizaciones como la olmeca, teotihuacana y zapoteca.
- Los mayas, con su avanzado conocimiento de la astronomía y arquitectura, destacaron en Mesoamérica.
- Los aztecas, asentados en el Valle de México, conformaron una sociedad compleja con una economía agrícola y un sistema religioso polisémico.
- Los incas, en Sudamérica, desarrollaron el Imperio Tahuantinsuyo, caracterizado por una sociedad altamente organizada y una economía agrícola en terrazas.
- Características comunes incluyen economías agrícolas, expresiones artísticas y científicas, sociedades jerarquizadas y sistemas religiosos complejos.
- Su desaparición se debió a factores como la llegada de europeos, conflictos, enfermedades foráneas y desorganización social.
Historia de los pueblos precolombinos
La historia de los pueblos precolombinos abarca milenios de desarrollo humano en América antes de la llegada de los europeos. Culturas como los olmecas, zapotecas y toltecas sentaron las bases para el surgimiento de grandes civilizaciones como los mayas, aztecas e incas.
Los primeros habitantes de América, conocidos como paleoindios, llegaron a través del estrecho de Bering hace unos 15.000 años. Con el tiempo, florecieron diversas culturas en distintas regiones, desarrollando sistemas agrícolas avanzados, tecnologías y estructuras sociales complejas.
El auge de los mayas, aztecas e incas marcó la historia precolombina con sus logros en artes, ciencias, arquitectura y la construcción de sociedades complejas. Estas civilizaciones evidencian la diversidad cultural y la adaptabilidad humana en el continente americano, proporcionando una comprensión profunda de las raíces civilizatorias en América y la complejidad de las interacciones humanas a lo largo de los siglos.
En la región mesoamericana, una zona cultural rica que se extendía desde México hasta el norte de América del Sur, surgieron civilizaciones precolombinas significativas como los mayas y los aztecas. Esta área, definida por el antropólogo Paul Kirchoff como un territorio de 906 mil kilómetros cuadrados, supera los límites geográficos de Centroamérica y se caracteriza por el legado cultural duradero de sus sociedades indígenas.
División histórica de Mesoamérica
A diferencia de la visión eurocéntrica de dominación política, Mesoamérica estaba habitada por pueblos autónomos con elementos culturales compartidos e influencia mutua. La historiografía divide la historia mesoamericana en períodos Preclásico, Clásico y Posclásico.
Mesoamérica Preclásica (1500 a.C.-200 a.C.) Los olmecas destacaron en esta era como precursores de la sedentarización agrícola, desarrollando centros ceremoniales que evolucionaron en ciudades. Lugares como San Lorenzo, La Venta y Tres Zapotes son ejemplos de su influencia, y los olmecas son considerados la «cultura matriz» de Mesoamérica.
Período Clásico de Mesoamérica (200 a.C.-800 d.C.) Esta época es notable por Teotihuacán, la mayor ciudad mesoamericana de su tiempo, ubicada en el Altiplano Central de México. Famosa por su arquitectura monumental, como las Pirámides del Sol y la Luna, Teotihuacán fue un centro cultural, religioso y comercial vital. Paralelamente, los zapotecas desarrollaron Monte Albán en Oaxaca, contribuyendo a la unidad cultural de Mesoamérica. La influencia cultural fue el principal mecanismo de interacción entre las sociedades de este período.
Período Posclásico de Mesoamérica (siglos X-XVI) En el Posclásico, tras la decadencia de Teotihuacán y los centros mayas, surgieron los aztecas. Este período se caracteriza por la desintegración de culturas anteriores y la llegada de nuevos pueblos, como los toltecas, que fundaron Tula tras un largo peregrinaje desde Huehuetlapallan. Tula, con una estructura urbana que incorporaba elementos de culturas antiguas, se convirtió en la capital de los toltecas alrededor del año 980.
Tula fue culturalmente rica, adoptando el culto a Quetzalcóatl, una deidad teotihuacana, y difundiendo la lengua náhuatl, que más tarde sería adoptada por los aztecas.
Grupos precolombinos
Además de los toltecas, otros grupos, conocidos como chichimecas por los aztecas, migraron desde el norte hacia México. Este término, usado de manera peyorativa, se asemeja a la noción de “bárbaro” de griegos y romanos, refiriéndose a pueblos extranjeros con valores e identidad cultural distintos.
En la narrativa indígena, los chichimecas eran contrastados con los toltecas, considerados un modelo de civilización, mientras que los chichimecas representaban su antítesis. Los españoles adoptaron este término durante la conquista y la historiografía posterior ha mantenido su uso. Dentro de estas corrientes migratorias, llegaron los mexicas, más tarde conocidos como aztecas, quienes jugaron un papel significativo durante la conquista española.
Los mexicas, originalmente de Aztlán Chicomoztoc, buscaron distanciarse de sus raíces y formar una nueva identidad. Hacia 1430, en su apogeo político y cultural, intentaron reconstruir su historia, destruyendo registros que no favorecían la imagen que deseaban proyectar. Historiadores y arqueólogos han podido reconstruir parte de estos hechos.
En Aztlán Chicomoztoc, los mexicas eran subordinados a otros gobernantes. Según sus creencias, el sacerdote Huitzilopochtli recibió instrucciones de la deidad Tetzahuitl Teotl para guiarlos a un lugar privilegiado donde serían libres y poderosos. Este viaje culminó con su asentamiento en la región del Lago de Texcoco, en el Valle de México, donde fundaron ciudades y una confederación que sería la base de su imperio.
México-Tenochtitlan, fundada en 1325 en una isla del lago, se convirtió en una de las ciudades más grandes de su tiempo, con alrededor de 300,000 habitantes, centros ceremoniales, áreas comerciales y construcciones monumentales. La ciudad hermana, México-Tlatelolco, fundada en 1337, era conocida por su gran mercado. Ambas ciudades fueron cruciales para los mexicas, aunque el término «Imperio Azteca» es una perspectiva eurocéntrica, ya que tal concepto no se desarrolló localmente.
Es importante entender que el llamado Imperio Azteca se formó a partir de alianzas y confederaciones con otros pueblos del Valle de México, quienes pagaban tributo a los mexicas. No todos los pueblos estaban sujetos a su dominio, un aspecto clave para entender la conquista española, ya que los mexicas no habían consolidado completamente su hegemonía en ese momento.
Civilizaciones de los Andes y el Origen de los Incas
En los Andes centrales, una región que abarca la Cordillera de los Andes y se extiende a lo largo de la costa occidental de Sudamérica, se desarrolló un rico mosaico cultural antes de la llegada de los conquistadores españoles en 1532. Esta área incluye el desierto costero, tierras altas y valles fértiles, donde la influencia mesoamericana se fusionó con la originalidad andina, evidenciada en la domesticación de la llama, el culto a los muertos y el uso de metales.
La cultura Tiahuanaco, que floreció entre 1500 a.C. y 1187 d.C. en lo que hoy son Bolivia, Perú y el norte de Chile, fue pionera en la región. Centrada en el lago Titicaca, influyó en áreas costeras y valles. Posteriormente, la cultura Huari (siglos VII-XIII en Perú) fue influenciada por Tiahuanaco, contribuyendo a la unificación cultural andina.
Henri Favre destacó el papel de Tiahuanaco y Huari en la reunificación de la región andina fragmentada en el siglo VIII. Sus expansiones moldearon el panorama cultural y anticiparon los futuros imperios chimú e inca
Los incas, al momento del encuentro con los conquistadores europeos, ya eran protagonistas destacados. Emergieron en el valle del Cuzco, en Perú, formando el Tahuantinsuyo, una confederación multiétnica liderada por el pueblo quechua. Este imperio se expandió por más de cuatro mil kilómetros de norte a sur, desde Ecuador hasta Chile. A diferencia de los aztecas, los incas ya habían consolidado su imperio cuando llegaron los españoles.
El origen de los Incas se remonta a una migración militar desde la región del Lago Chichimeca hacia el Valle del Cuzco alrededor del año 1200. Liderados por Inca Viracocha, libraron una guerra de liberación, resultando en la fundación del Tahuantinsuyo por su hijo Patahuatec-Inca. Bajo el gobierno de Huayna-Cápac, el imperio alcanzó su apogeo, con más de 10 millones de habitantes.
Política y económicamente, los incas superaron las limitaciones geográficas de la región mediante la construcción de terrazas para la agricultura y la cría de llamas. La sociedad se organizó en ayllus, comunidades basadas en lazos familiares. El Imperio Inca centralizó el poder quechua a través de tributos y obligaciones laborales, dividiendo su administración en cuatro suyos, conectados por una red de caminos y sostenidos por una compleja burocracia. Cuzco, la capital, fue un centro de gran riqueza y poder, reflejando la arquitectura preexistente en la región. La religión inca, politeísta, veneraba principalmente al Sol, con un clero jerárquico y la expansión del quechua como lengua predominante.