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Beneficios de la naturaleza para la salud mental🕒 Tiempo estimado: 4 minutos de lectura

Imagina vivir en un lugar donde casi 39 millones de personas, es decir, más del 80% de nosotros, escogemos el ajetreo de la ciudad, con todas sus comodidades a la vuelta de la esquina. Sin embargo, este ritmo frenético tiene su precio: el aire que respiramos está cargado de contaminación, el constante zumbido de los coches invade nuestros oídos y el tiempo para relajarnos se desvanece entre la prisa del día a día.

Pero, aquí viene un giro inesperado: en este escenario de velocidad y hormigón, un simple vistazo a un parque o unos minutos bajo la sombra de un árbol pueden ser el antídoto contra el estrés que nos invade. Estudios recientes han descubierto que esos momentos de conexión con la naturaleza nos hacen más felices, nos llenan de calma y nos alejan de la ansiedad y la depresión, sobre todo en tiempos difíciles como los que vivimos durante la pandemia.

Ahora, piensa en el Parque de Wertheimpark en Ámsterdam o en ese rincón verde en Ujtá, Rusia. No son solo espacios para el esparcimiento; son nuestra salvación mental en medio del caos urbano. La ciencia lo confirma: observar o estar en estos lugares nos hace bien, nos recarga de energía y nos prepara para enfrentar lo que venga con una mente más clara y un corazón más ligero.

Pero, ¿cómo es que un simple paseo por el parque puede tener tanto poder? Investigadores curiosos como Hansen Li y Guodong Zang se han dado a la tarea de desentrañar este misterio. Resulta que nuestra mente se siente atraída de manera natural por el verde, relajándose y recargándose sin esfuerzo. Además, esos momentos al aire libre no solo son buenos para el alma, sino que también fortalecen nuestro cuerpo y nuestras relaciones con los demás.

Entonces, ¿qué esperamos para abrir más espacios verdes en nuestras ciudades? La naturaleza no es solo un lujo, sino una necesidad para nuestra salud mental y física. Por eso, al planificar nuestras ciudades, no podemos olvidarnos de incluir esos oasis de paz que, al final del día, son nuestra recarga natural en un mundo que no se detiene.

Impacto del verde en nuestro bienestar

Durante el confinamiento de 2020, causado por la pandemia de COVID, Masashi Soga, un destacado investigador de la Universidad de Tokio, profundizó en cómo el contacto con el verde impacta en nuestro bienestar. Publicó un estudio en «Ecological Applications» revelando que estar cerca de la naturaleza o simplemente disfrutar de su vista desde casa puede ser un bálsamo para nuestra salud mental. Los resultados fueron claros: quienes se rodeaban de espacios verdes veían disminuir sus niveles de depresión, ansiedad y soledad.

Este descubrimiento resalta un punto crucial: la necesidad de integrar la naturaleza en las ciudades para fortalecer nuestra mente, especialmente en momentos de crisis. La conexión con lo verde no solo mejora nuestro estado mental actual, sino que también nos hace psicológicamente más fuertes ante el estrés, ofreciendo un refugio para nuestra recuperación mental y física.

Pero, ¿qué tiene la naturaleza que tanto nos beneficia? Hansen Li y Guodong Zang, de la Universidad del Suroeste en Chongqing, China, impulsados por su curiosidad científica, buscaron responder a esta pregunta. Descubrieron que los entornos naturales ricos en plantas tienen un efecto profundamente positivo en nuestra salud. Por un lado, la teoría de la restauración de la atención sugiere que la naturaleza capta nuestra atención de forma suave, ayudándonos a recargar nuestra capacidad de concentración y a aliviar la fatiga mental. Esto mejora nuestro enfoque, nuestro ánimo y nos llena de comodidad y placer gracias a la eficiente forma en que nuestro cerebro procesa los patrones naturales.

Además, ciertos aspectos de la naturaleza pueden provocar respuestas de relajación debido a experiencias positivas previas, reforzando nuestro bienestar psicológico y felicidad. Los espacios verdes también invitan a actividades que mejoran nuestra salud cardiovascular y estado de ánimo, mientras que el aire limpio y las temperaturas más suaves nos benefician físicamente.

La interacción social en estos espacios, ya sea paseando en grupo o disfrutando de una noche bajo las estrellas, fortalece nuestros vínculos sociales y nuestra sensación de pertenencia, lo que puede mitigar el aislamiento y la soledad. Este apoyo social no solo mejora nuestra resiliencia emocional, sino que también enfatiza la importancia de incorporar la naturaleza en nuestro entorno cotidiano.

La conclusión es clara: la interacción con la naturaleza, especialmente en áreas enriquecidas con plantas, juega un papel esencial en nuestra salud mental, física y social. Este entendimiento subraya la necesidad de que las políticas públicas y la planificación urbana prioricen la creación de entornos de vida que integren elementos naturales, reconociendo su valor incalculable para el bienestar individual y comunitario.

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