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Afganistán🕒 Tiempo estimado: 4 minutos de lectura

Afganistán, ubicado en Asia Central dentro de la tumultuosa región de Oriente Medio, es una nación con una profunda raigambre islámica. Su historia se ha visto marcada por las reiteradas invasiones de potencias extranjeras, incluidas las soviéticas y estadounidenses. Este país experimenta un clima predominantemente desértico, con precipitaciones escasas, y alberga una población diversa en términos étnicos.

La economía de Afganistán, mayormente precaria, se sustenta en gran medida en el sector primario, mientras que sus infraestructuras han sufrido enormemente debido a los conflictos militares. Como república islámica, el Islam juega un papel central en la cultura afgana, influenciando aspectos como la vestimenta y las costumbres tradicionales.

La presencia británica en Afganistán durante los siglos XIX y XX culminó con la independencia del país en 1919. Posteriormente, en 1979, la invasión soviética buscó apoyar al gobierno central en disputas internas, seguida por la intervención estadounidense en 2001, motivada por los ataques terroristas de ese año. El país se caracteriza geográficamente por su relieve montañoso y la escasez de vegetación de gran tamaño, con una población de aproximadamente 32 millones de habitantes, la mayoría residenciada en áreas rurales. La economía, devastada por los conflictos, se centra en una agricultura de subsistencia.

Geografía de Afganistán

La República Islámica de Afganistán, su nombre oficial, se extiende sobre 652.090 kilómetros cuadrados en el corazón de Asia Central, con Kabul como capital. La nación se rige bajo un sistema de república islámica, hablando principalmente pasto y dari, y profesa en su inmensa mayoría el Islam. Con una densidad de 46 habitantes por kilómetro cuadrado, su Índice de Desarrollo Humano es bajo, reflejando los desafíos económicos y sociales que enfrenta. La moneda oficial es el Afghani y el país se organiza en 34 provincias, cada una con sus propias características y desafíos. Afganistán mantiene relaciones exteriores a través de la ONU y se ajusta a la zona horaria UTC +4:30, con un Producto Interno Bruto que evidencia las dificultades económicas a las que se enfrenta la nación.

Afganistán, situado en el corazón de Asia Central dentro de la conflictiva zona del Oriente Medio, es un país con una rica historia de ocupaciones por su estratégica posición, crucial para las rutas comerciales entre Occidente y Oriente. A lo largo de la historia, ha sido escenario de diversas ocupaciones por parte de persas, macedonios, turcos y mogoles, atraídos principalmente por las oportunidades comerciales. Además, los árabes marcaron su huella estableciendo el Islam como la religión predominante del país.

Desde el siglo XIX, con la invasión británica, hasta la obtención de su independencia en 1919, Afganistán ha vivido bajo diferentes regímenes, pasando de una monarquía a un gobierno republicano en 1973, disfrutando de un período de prosperidad relativa. Sin embargo, en 1978, el país se sumergió en una guerra civil que llevó a la intervención soviética en 1979, apoyando al gobierno central. La retirada soviética en 1989 dejó un vacío de poder que facilitó el ascenso de los talibanes, quienes instauraron un régimen basado en estrictas leyes islámicas y convirtieron a Afganistán en un centro de entrenamiento extremista. Esto motivó la invasión estadounidense en 2001, tras los ataques terroristas en suelo americano.

Geográficamente, Afganistán comparte fronteras con Pakistán, Irán, Turkmenistán, Uzbekistán, Tayikistán y China, destacándose por su relieve montañoso, con el Hindu Kush como su cadena montañosa más prominente y siendo uno de los países más áridos del mundo debido a su clima desértico. La vegetación es escasa, predominando las formaciones herbáceas, y el río Amu Daria es su principal fuente de agua.

Población y economía de Afganistán

Con una población cercana a los 32 millones, Afganistán enfrenta altas tasas de crecimiento vegetativo pero también significativas cifras de mortalidad infantil y baja esperanza de vida. La emigración es notable hacia países del Oriente Medio y Europa, debido a las adversidades políticas y económicas. La mayoría de los afganos son de ascendencia asiática central, practicantes del Islam, y hablan pasto y dari, siendo Kabul, su capital, el mayor núcleo urbano aunque la mayor parte de la población reside en el campo.

Económicamente, Afganistán figura entre los países más empobrecidos, con una economía devastada por décadas de conflictos y una base agrícola de subsistencia como su principal actividad económica.

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