La Invasión de Noruega por Alemania🕒 Tiempo estimado: 3 minutos de lectura
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La ocupación alemana de Noruega, que se extendió de abril a junio de 1940, marcó un momento crucial en la Segunda Guerra Mundial, asegurando a los alemanes el dominio sobre el país. Tras el desembarco de aproximadamente 100.000 soldados en territorio noruego, las fuerzas de Alemania superaron la resistencia noruega, así como la de una coalición formada por el Reino Unido y Francia.
Preparativos para la Invasión a Noruega
Después de asegurar el control sobre Polonia, los objetivos alemanes se dirigieron hacia los Países Bajos y Francia. Hitler había planificado la invasión de estos países para noviembre de 1939, pero se vio obligado a posponerla debido a la insuficiencia de combustible, minerales y municiones para una campaña prolongada, así como por adversidades climáticas que impidieron el uso de la aviación de guerra.
El retraso en los planes iniciales, seguido de la anticipación de los planes alemanes por parte de holandeses y franceses, quienes reforzaron sus defensas fronterizas, obligó a una revisión de la estrategia de invasión. Ante el aplazamiento de la invasión a estos países, el almirante Erich Raeder convenció a Hitler de considerar a Noruega como una alternativa estratégica, con la ayuda del noruego pró-nazi Vidkun Quisling. Argumentaron que la campaña noruega permitiría ataques aéreos contra embarcaciones británicas en el Mar del Norte desde bases aéreas noruegas y aseguraría el control del flujo de hierro sueco desde el puerto de Narvik.
Con estos argumentos, Hitler ordenó la preparación de las tropas alemanas el 1 de marzo de 1940, pero la invasión solo se materializó el 9 de abril de ese año.
La Batalla por Noruega
La invasión comenzó con enfrentamientos marítimos entre la Kriegsmarine alemana y la Marina Real británica, llevando a Noruega a alinearse con los Aliados. A pesar de las acciones británicas para minar el mar cerca de Narvik y proteger la costa noruega, la invasión alemana no pudo ser detenida. Alemania aseguró rápidamente el control de ciudades clave y Oslo fue capturada por paracaidistas alemanes.
La resistencia noruega, desorganizada inicialmente, logró movilizar a unos 40.000 noruegos dos días después del inicio de la invasión. A pesar del apoyo británico, francés y polaco, la ayuda aliada resultó insuficiente y desorganizada, llevando a una evacuación ordenada por el mando británico.
Tras la invasión, el rey Haakon VII huyó al interior y luego al exilio en el Reino Unido. Vidkun Quisling fue nombrado jefe de Estado por los nazis, y su nombre se convirtió en sinónimo de traición.
La Rendición de Noruega
Noruega se rindió el 10 de junio de 1940, convirtiéndose en el segundo país que más resistió a una invasión alemana después de la Unión Soviética. La ocupación de Noruega brindó a Alemania una posición estratégica para el apoyo aéreo en la invasión de la Unión Soviética y aseguró el suministro de hierro sueco.
La retirada de Noruega debilitó la posición del primer ministro británico Neville Chamberlain, llevando a su renuncia el 10 de mayo de 1940 y su sucesión por Winston Churchill. Aunque las pérdidas alemanas fueron relativamente bajas, la invasión requirió un considerable número de soldados para mantener el control, representando un desvío significativo de recursos que podrían haber sido utilizados en otros frentes de la guerra.