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Invasión de Polonia y la Segunda Guerra Mundial🕒 Tiempo estimado: 4 minutos de lectura

La invasión de Polonia desencadenó el inicio de la Segunda Guerra Mundial y se originó a raíz del resentimiento de Adolf Hitler por los territorios que Alemania había perdido en la década de 1910. Este conflicto bélico se desató con un acto de agresión perpetrado por la Alemania nazi contra Polonia el 1 de septiembre de 1939, marcando un saldo devastador de 60 millones de vidas perdidas, además de inmensa destrucción y trágicos episodios de violencia, como el Holocausto, la masacre de Katyn y el empleo de armas nucleares, entre otros horrores.

Los antecedentes de esta invasión se remontan al ascenso del nazismo en Alemania, que llevó a Adolf Hitler al poder en 1933. Durante las décadas de 1920 y 1930, Hitler promulgó ideas que quedaron registradas en su libro «Mi Lucha» (Mein Kampf). Estas ideas incluían un profundo antisemitismo, responsabilizando a los judíos de los problemas económicos alemanes, la creencia en la superioridad de la raza germánica (aria) sobre otras etnias, y la aspiración de construir un nuevo imperio alemán basado en la adquisición de un «espacio vital» (Lebensraum) para la raza germánica.

La materialización de este espacio vital implicaba la anexión de Austria en 1938 y de los Sudetes, una región de Checoslovaquia con población alemana, después de la Conferencia de Múnich. El siguiente paso fue la recuperación de territorios que habían formado parte del antiguo Imperio Prusiano y que habían sido asignados a Polonia después de la Primera Guerra Mundial. Estos territorios separaban Prusia Oriental del resto de Alemania a través del denominado corredor polaco, y el objetivo de Alemania era restablecer la conexión entre ellos.

Para prevenir una posible agresión alemana, Polonia firmó acuerdos con Inglaterra y Francia, comprometiéndose ambos países a defender a Polonia en caso de una invasión alemana. Simultáneamente, la Alemania nazi, en agosto de 1939, negoció un pacto de no agresión con la Unión Soviética, que también establecía la división de Polonia entre ambas naciones en caso de una invasión polaca.

Inicio de la Invasión a Polonia

La invasión de Polonia dio comienzo en la madrugada del 1 de septiembre de 1939. La justificación de Alemania para esta agresión fue un presunto ataque polaco a posiciones alemanas en la frontera, aunque este ataque en realidad fue llevado a cabo por tropas alemanas en la llamada Operación Himmler. Ante este conflicto, Francia y Gran Bretaña exigieron a Alemania el cese inmediato de la invasión, pero Hitler no respondió. Como resultado, ambos países declararon la guerra a Alemania el 3 de septiembre de 1939.

Se esperaba que la resistencia polaca pudiera frenar el avance alemán durante varios meses, pero esto no ocurrió debido a la superioridad del ejército alemán, que contaba con armamento más moderno y empleaba la táctica de la «guerra relámpago», combinando ataques coordinados de infantería, blindados, artillería y aviación para sorprender al enemigo. Además, la decisión de Polonia de defender toda su frontera debilitó su capacidad de resistencia.

El 17 de septiembre de 1939, la Unión Soviética invadió Polonia y ocupó su parte oriental. Esta invasión soviética resultó en numerosas muertes y está relacionada con la masacre de más de 20,000 oficiales polacos por orden del servicio secreto soviético, un episodio conocido como la masacre de Katyn.

La resistencia polaca se mantuvo durante poco más de veinte días, y el 28 de septiembre, la capital polaca, Varsovia, se rindió ante el ejército alemán. El gobierno polaco se exilió en Londres, Reino Unido. La ocupación alemana de Polonia perduró hasta 1945, cuando finalmente fue expulsada por el avance de los ejércitos de la Unión Soviética.

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