Literatura: William Shakespeare🕒 Tiempo estimado: 4 minutos de lectura
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William Shakespeare, el célebre dramaturgo y poeta inglés, nació en abril de 1564 en Stratford-upon-Avon, Inglaterra. Se presume que su fecha de nacimiento fue el 23 de abril, ya que fue bautizado el 26 de abril de ese año, siguiendo la costumbre de bautizar a los niños tres días después de nacer. Su padre, John Shakespeare, era un prominente hombre de negocios y funcionario público en Stratford.
Vida de Shakespeare
El joven Shakespeare se casó a los 18 años con Anne Hathaway, quien estaba embarazada en ese momento. Entre 1586 y 1592, un período conocido como los «años perdidos», hay poca información sobre su vida, pero se cree que se mudó a Londres alrededor de 1588 y trabajó como actor. En 1592, una epidemia obligó al cierre de los teatros londinenses, reabriendo dos años después.
Shakespeare publicó el poema narrativo «Venus y Adonis» en 1593, dedicándolo al joven mecenas Henry Wriothesley, tercer conde de Southampton. Este apoyo lo impulsó en su carrera literaria. Más adelante, se convirtió en dramaturgo de la compañía de teatro The Lord Chamberlain’s Men, escribiendo para ellos durante casi dos décadas. En 1596, su hijo Hamnet falleció a los 11 años. Un año después, compró una gran residencia en Stratford, llamada New Place, donde murió el 23 de abril de 1616.
Las obras de Shakespeare, enmarcadas en el Renacimiento y el teatro isabelino, destacan por su carácter intertextual y humanista. Inspirándose en relatos tradicionales y la historia de Inglaterra, sus textos abordan con profundidad los conflictos y la subjetividad humana. Entre sus creaciones más reconocidas se encuentran tragedias como «Romeo y Julieta», «Hamlet», «Macbeth», «El rey Lear» y «Otelo». Su legado en la literatura mundial es inmensurable, siendo uno de los autores más influyentes y estudiados de todos los tiempos.
Importancia de William Shakespeare
Durante el siglo XVIII y XIX, el dramaturgo inglés William Shakespeare, cuyas obras se originaron en el siglo XVI, fue recomendado por el crítico y dramaturgo alemán Gotthold Ephraim Lessing como modelo para la literatura nacional en Gran Bretaña. Lessing valoraba en Shakespeare la libertad creativa y la capacidad de superar cánones estéticos o técnicos establecidos. Esta visión influyó en los románticos de diversas nacionalidades, quienes no buscaban fórmulas exitosas sino la exploración y la invención, enfatizando una multiplicidad de emociones y verdades para revitalizar una cultura considerada decadente.
Shakespeare también fue clave para desafiar la hegemonía de la tragedia francesa en Europa y, por extensión, la dominancia cultural de Francia. La literatura romántica británica comenzó con la novela gótica, caracterizada por ambientaciones medievales, escenarios históricos y exóticos, y un interés por lo lúgubre, como se ve en «El castillo de Otranto» (1765) de Horace Walpole.
Las novelas históricas de Walter Scott, ambientadas en la Escocia medieval, ilustraron el interés romántico por lo inusual y lo distante. Poetas como William Wordsworth, Samuel Taylor Coleridge, John Keats, Percy Shelley y Lord Byron adoptaron una teoría poética basada en la expresión libre de emociones intensas y fantasía.
En Francia, Jean-Jacques Rousseau anticipó el gusto romántico por lo salvaje y primitivo, abogando por un estilo de vida natural alejado de la civilización. Madame de Staël, en «De l’Allemagne» (1813), y François Chateaubriand, en «Le Génie du christianisme» (1802), fueron pioneros del romanticismo en Francia.
Los románticos franceses, liderados por Victor Hugo, desafiaron la división del vocabulario en «noble» y «común» y utilizaron palabras «prohibidas» en su poesía. El estreno de «Hernani» de Hugo en 1830 generó controversia, y su prefacio al drama «Cromwell» (1827) es considerado un manifiesto literario. Entre sus obras destacan «Nuestra Señora de París» (1831) y «Los Miserables» (1862).
La literatura romántica también floreció en Rusia, España y Polonia. En Italia, Portugal y Estados Unidos, el romanticismo tuvo un marcado carácter nacionalista, reflejando la diversidad y la riqueza del movimiento en distintas culturas y naciones.