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Revolución Permanente en Rusia🕒 Tiempo estimado: 3 minutos de lectura

Revolución Permanente en Rusia

Revolución Permanente versus Socialismo en un solo país: Trotsky frente a Stalin y sus divergentes visiones sobre la revolución socialista. Después de superar la guerra civil, el gobierno de Lenin se enfrentó a múltiples retos relacionados con la modernización económica y la solución de problemas sociales en Rusia. Ante la necesidad de cambios urgentes, Lenin permitió que medidas económicas de corte capitalista reestructuraran el aparato productivo ruso mediante la Nueva Política Económica (NEP).

Sin embargo, la incertidumbre volvió a rondar el futuro del gobierno ruso con el fallecimiento de Vladimir Lenin en 1924. Emergieron entonces figuras políticas con visiones distintas. Entre los socialistas rusos, surgieron interrogantes acerca de la esencia de su revolución. En este contexto se manifestó el desacuerdo entre José Stalin y León Trotsky.

Trotsky sostenía que Rusia no debía confinar sus ambiciones revolucionarias a las fronteras nacionales. Convencido de que la Revolución Permanente era un mandato marxista, veía a Rusia como el motor de revoluciones socialistas en toda Europa, creando así un bloque de naciones unidas por una visión política común y dispuestas a colaborar económicamente.

Stalin, por su parte, defendía la idea del «socialismo en un solo país». Según él, Rusia debía concentrarse en fortalecer sus fuerzas productivas sin inmiscuirse en rebeliones revolucionarias en otros estados. Esta visión marcó el paso del internacionalismo marxista a una burocracia centrada en las urgencias nacionales.

En el XIV Congreso del Partido Comunista de Rusia (1925), Trotsky fue derrotado por la alianza entre Stalin y otros líderes bolcheviques. De esta manera, el concepto de Revolución Permanente perdió fuerza ante el desarrollo de una vasta burocracia enfocada en consolidar el socialismo ruso. Con Stalin como líder estatal, no tardó en ordenar la expulsión y el exilio de León Trotsky.

Durante la década de 1930, aun en el exilio, Trotsky se dedicó a criticar la desviación del proceso revolucionario en Rusia. Consideraba que el país había abandonado la dictadura «del» proletariado por una dictadura «sobre» el proletariado. En uno de sus trabajos más célebres, llegó a afirmar que Stalin representaba un peligro mayor para el marxismo que el nazismo.

Stalin, gobernando de forma autoritaria, instigó una intensa persecución contra quienes se oponían al régimen. Entre 1936 y 1938, numerosos intelectuales y políticos fueron condenados o ejecutados durante las infames «purgas de Moscú». En 1940, por órdenes directas de Stalin, agentes de la policía rusa asesinaron a León Trotsky en su exilio en México. De esta forma, el «socialismo en un solo país» marcó, de manera trágica, su triunfo sobre la «Revolución Permanente»

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